viernes, 6 de marzo de 2020

La peana del Cristo de Medinaceli


Cada primer viernes de marzo es costumbre que los madrileños se acerquen al besapiés del Cristo de Medinaceli. Pero este año, excepcionalmente y por culpa del coronavirus se ha prohibido por el Arzobispado que se practique ese acto de respeto a esa imagen del siglo XVII, tallada en Sevilla y que tiene detrás una larga historia. Posee dos cabelleras de pelo natural: una de ellas regalada por el marido y primo de Isabel II, Francisco de Asís de Borbón en 1846, y otra de 1883, donada por la duquesa de Medinaceli. En la actualidad se le rinde culto en la iglesia de los capuchinos de la calle Jesús, de Madrid. Durante las procesiones solemnes luce una corona de oro macizo de medio kilo de peso con incrustaciones de piedras preciosas regalada por los joyeros de Madrid en la década de los 50 del siglo XX. Existen muchas copias de esa imagen en distintos lugares de España: Ávila, Palencia, Peñaranda de Bracamonte, Cuenca, Mijas, Vélez-Málaga, Santa Cruz de Tenerife… En todos esos lugares se le tiene una gran devoción a esa imagen de Jesús Nazareno, que ese es su verdadero nombre. Se le empezó a conocer como “de Medinaceli”  a raíz de que la capilla en la que se alojaba  (uno de los muchos lugares donde ha estado depositada la talla) se encontraba en unos terrenos cedidos por el duque de Medinaceli. Durante la Guerra Civil cambió de lugar en muchas ocasiones para salvaguardar la talla de bombardeos e incendios. En 1937 salió hasta Suiza para participar en una exposición de obras de arte de la Sociedad de Naciones. Regresó a España en 1939. En 1945 le hizo una bella peana procesional Francisco Palma Burgos. Con anterioridad, en 1940, ese artista imaginero malagueño había realizado otra talla importante, El Cristo de la Buena Muerte, para que de alguna manera pudiese sustituir a otra de Pedro de Mena que fue quemada en 1931. El boceto de aquella magnífica obra (la peana del Cristo de Medinaceli) fue encontrado en el archivo personal de José María Palma Burgos, hermano de Francisco y también escultor, fallecido en 2013. Así lo expuso en la presentación del libro “1918-1985 Francisco Palma Burgos. El drama de la escultura el catedrático de Historia del Arte Juan Antonio Sánchez López coincidiendo con el centenario del nacimiento de su autor,  nacido en Málaga el 12 de febrero de 1918 y fallecido en esa ciudad el 31 de diciembre de 1985 de un cáncer hepático.

No hay comentarios: