martes, 2 de noviembre de 2021

Una cuestión de Geografía


Hoy, según el taco de mi calendario, es el Día de los Fieles Difuntos. Y mañana, 3 de noviembre me enfrento a dos morlacos en plaza de toros sin enfermería. Estoy citado en mi ambulatorio para que me coloquen dos banderillas toreras, una en cada brazo: contra la gripe y la dosis de recuerdo de la covid. Si de esta salgo vivo me comprometo a poner sendas velas a san Trifón, que tenía la capacidad de amansar basiliscos, en señal de gratitud. O sea, que pondré los brazos en jarras, como hacen las joteras cuando cantan “Pulida magallonera”, con un codo señalando a Laredo y el otro indicando a Lardero; y miraré al tendido, a los que hacen fila y observan por un cristal, quedando bonito, como si actuase frente a un pablorromero con la franela en una mano y el estoque en la otra  en “un agridulce bosquejo, entre caricatura y aguafuerte de un determinado trozo de vida”, que dejó escrito Camilo José Cela. En fin, no queda otra que arrimarse y hacer lo que se pueda, que “nadie está obligado a hacer más de lo que sabe”, como plasmó Antonio Vilanova concluyendo el prólogo del libro “Toreo de salón” La veleta de mis codos, como digo, marcará Laredo (Cantabria), a cuyos vecinos les llaman mejinos, que ya aparece en las cantigas del Alfonso X el Sabio” y Don Quijote describe su linaje:

“­--Aunque el mío es de los Cachopines de Laredo-- respondió el caminante-- no le osaré yo poner con el del Toboso de la Mancha, puesto que, para decir verdad, semejante apellido hasta ahora no ha llegado a mis oídos.” (Primera parte. Capítulo XIII).

Y también marcará mi apófisis olécranon del cúbito la dirección a Lardero (La Rioja), cuyo nombre aparece en 1040 en la donación que hizo García, primogénito del rey Sancho el Mayor de una casa y heredad de Juan de Lardero a Aznar Íñiguez, en territorio del río Iregua, a cambio de un caballo. A sus habitantes les dicen Cigüeños. Por cierto, no una sino dos veces confundió Pedro Sánchez Laredo con Lardero al trasladar su pésame a los familiares y amigos del niño de 9 años asesinado en ese pueblo de La Rioja, tras la clausura de la Cumbre del G20. Parece claro que el presidente del Gobierno necesita un asesor geógrafo que le aconseje, no vaya a suceder que se produzca un asesinato en Mansilla de las Mulas y envié un telegrama de condolencia al alcalde de La Almunia de Doña Godina.

 

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