martes, 9 de diciembre de 2025

Emulsionar lo inmiscible

 

Dicen que la hostelería genera el 6% del PIB en España. Se está haciendo bueno el eslogan Spain is different” que Manuel Fraga, siendo titular del Ministerio de Información y Turismo promovió en la década de los 60 para hacer frente a otro apotegma común en la Europa democrática cuando nuestro país estaba prácticamente aislado por la dictadura franquista, donde se señalaba que “África comenzaba en los Pirineos”. Hombre, en la España de entonces no cazábamos leones ni luchábamos con lanza ni las mujeres llevaban la navaja en la liga, pero era evidente que nuestro atraso impuesto por aquella dictadura que parecía eternizarse era considerable. Comenzaron a colocarse en los escaparates de tiendas de suvenires toreros, bailarinas con faralaes, toros negros zainos, castañuelas y abanicos. Aparecieron los primeros ‘tablaos’ para turistas en Madrid y los “toros de Osborne” en los oteros cercanos a las infames y parcheadas carreteras. Pero antes del eslogan promovido por Fraga hubo otro durante los años 40 y 50 que decía “Visit Spain” en cartelones que se solían colocar en Paradores Nacionales casi todos del ilustrador Josep Morel, uno de los mejores cartelistas de la década de los 30. En ellos se recurría a los tópicos del flamenco y de nuestra fervorosa Semana Santa, en una clara pretensión de emulsionar lo inmiscible, o sea, el catolicismo con lo profano, pero también empezaban a tirar aunque tímidamente de conceptos más modernos como el turismo de sol y playa o el esquí. Y poco a poco nuestra gastronomía comenzó a ganar prestigio. Lejos fueron quedando las malas experiencias en ventorros descritos por José María Blanco White a principios del XIX,  o los plasmados por Juan Valera de finales de ese siglo, donde afirmaba: “Nuestra cocina ha sido siempre para los franceses un manantial inagotable de chistes y de lamentaciones. ¿Qué gracias no se han dicho acerca del puchero y del gazpacho? ¿Y sobre el aceite? Algunos suponen que desde Irún hasta Cádiz el aire que se respira está impregnado de un insufrible hedor de aceite rancio”. Todo ha cambiado. Hoy el turismo “va como un tiro”. Con datos de 2023, la actividad turística alcanzó los 184.000 millones de euros en 2023, un 12,3% del PIB. Y sigue subiendo, aunque estamos muy próximos a terminar muriendo de éxito, o sea, a matar la gallina de los huevos de oro. Los hosteleros se quejan de que no encuentran camareros. La razón no es otra que sus exiguos salarios, el abuso en los horarios de apertura y cierre, y racanismo acendrado a la hora de pagar horas extraordinarias. Los turistas, escarmentados por los abusos, se lo piensan antes de entrar en un restaurante. ¿Y los cocineros? Los que entran a trabajar lo dejan inmediatamente el día después. Por algo será. La OCU ha revelado los 10 abusos más habituales, todos ellos ilegales. El último 'invento' hostelero consiste en añadir un suplemento a la cuenta “por festivo”, que equivale a decir “porque yo lo valgo”. Mañana hasta puede que obliguen al cliente a dejar propina, como en los Estados Unidos. ¡Chupa del frasco!

 

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