jueves, 11 de diciembre de 2025

¡Y tú, más!

 

La crispación que vemos cada miércoles en las sesiones de control al Gobierno  es de escándalo. Decía Séneca que es difícil tener como amigos a todos; que bastaba con no tenerlos como enemigos. Una cosa es hacer oposición, que es la obligación de Feijóo, y otra muy distinta insultar a Sánchez de la forma en que lo hace, atacándole del modo más inmisericorde. No se puede confundir la Cámara Baja con un corral de comedias. Ayer, a propósito del ‘caso Salazar’, Feijóo, en esa última sesión del año que termina le disparó al presidente del Gobierno a quemarropa: “Todo lo que sabe usted de feminismo lo aprendió en los prostíbulos”, recordándole los negocios de saunas del padre de su mujer, Sabiniano Gómez. ¿Cabe mayor ignominia?  No entiendo cómo puede Feijóo arremeter con ese odio contra Sánchez.  A cualquier ciudadano no se le puede juzgar por los actos de su padre, de su hermano o de su suegro. En España todavía existen aldeas donde unas familias no se hablan con otras por cosas que pasaron hace casi noventa años, durante la Guerra Civil. Aquella guerra entre hermanos parece que no se acaba nunca. Todos cometemos errores. En los Evangelios (Juan 8:7-8) se señala que “aquel que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra”. Si el Partido Popular está disconforme con la gobernanza del PSOE lo que procede es hacer una moción de censura al Gobierno. Pero para ello es necesario tener los bemoles necesarios, cosa de lo que el PP carece. Porque ya puestos a sacar trapos sucios, usemos la moviola de los recuerdos. En 2013, unas fotografías publicadas por El País, pudo verse a Núñez Feijóo navegando junto al impresentable  Marcial Dorado en la ría gallega en 1995, años antes de ocupar la presidencia de la Xunta de Galicia. Dorado se dedicaba por aquel tiempo al contrabando de tabaco bajo las órdenes de Vicente Otero Pérez, alias "Terito", evolucionando rápidamente a actividades de mayor calado. Una de aquellas fotos salió a la luz, como digo;  pero Sánchez, persona mucho más elegante que Feijóo en todos los aspectos de la vida política, no se lo recuerda cada vez que le insulta como una verdulera. Al gallego Feijóo le falta estilo, además de un cabal programa de gobierno. Y con los mimbres de que dispone,aún con la ayuda de VOX, mal se puede hacer un cesto.

 

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