¡Y tú, más!

La crispación que vemos cada miércoles en las
sesiones de control al Gobierno es de
escándalo. Decía Séneca que es
difícil tener como amigos a todos; que bastaba con no tenerlos como enemigos.
Una cosa es hacer oposición, que es la obligación de Feijóo, y otra muy distinta insultar a Sánchez de la forma en que lo hace, atacándole del modo más inmisericorde.
No se puede confundir la Cámara Baja con un corral de comedias. Ayer, a
propósito del ‘caso Salazar’, Feijóo,
en esa última sesión del año que termina le disparó al presidente del Gobierno
a quemarropa: “Todo lo que sabe usted de feminismo lo aprendió en los
prostíbulos”, recordándole los negocios de saunas del padre de su mujer, Sabiniano Gómez. ¿Cabe mayor ignominia?
No entiendo cómo puede Feijóo arremeter
con ese odio contra Sánchez. A cualquier
ciudadano no se le puede juzgar por los actos de su padre, de su hermano o de su
suegro. En España todavía existen aldeas donde unas familias no se hablan con otras por cosas que
pasaron hace casi noventa años, durante la Guerra Civil. Aquella guerra entre
hermanos parece que no se acaba nunca. Todos cometemos errores. En los
Evangelios (Juan 8:7-8) se señala que “aquel que esté libre de pecado, que
arroje la primera piedra”. Si el Partido Popular está disconforme con la
gobernanza del PSOE lo que procede es hacer una moción de censura al Gobierno.
Pero para ello es necesario tener los bemoles necesarios, cosa de lo que el PP
carece. Porque ya puestos a sacar trapos sucios, usemos la moviola de los
recuerdos. En 2013, unas fotografías publicadas por El
País, pudo verse a
Núñez Feijóo navegando junto al impresentable Marcial Dorado en la ría gallega
en 1995, años antes de ocupar la
presidencia de la Xunta de Galicia. Dorado se dedicaba por aquel tiempo al contrabando de tabaco bajo las órdenes de Vicente
Otero Pérez, alias "Terito", evolucionando rápidamente a
actividades de mayor calado. Una de aquellas fotos salió a la luz, como
digo; pero Sánchez, persona mucho más elegante
que Feijóo en todos los aspectos de la vida política, no se lo recuerda cada
vez que le insulta como una verdulera. Al gallego Feijóo le falta estilo, además de un cabal
programa de gobierno. Y con los mimbres de que dispone,aún con la ayuda de VOX, mal se puede hacer un
cesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario