lunes, 15 de diciembre de 2025

Más bonito que un San Luís

 

Me sorprende que la revista Vogue considere al papa León XIV como una de las cincuenta personas mejor vestidas o "extremadamente elegantes" de 2025. Señala esa revista que es habitual verle luciendo estola y la cruz dorada, así como otros accesorios de terciopelo y bordados con hilo dorado. Hombre, entiendo que lo raro sería verle vestido como el guerrero del antifaz o de revisor de ferrocarriles. Los papas suelen ir vestidos de papas, en tecnicolor, con más estilo que Argüello, que viste de negro y tiene aspecto de confitero. “Su  mejor estilismo -continúa contando la revista- fue elegido el pasado mayo, cuando se presentó el agustino ascendido en el escalafón al generalato de la Curia en la plaza de San Pedro ante millones de personas con una muceta de raso rojo y un orario de color vino tinto bordado en oro, combinado con una cruz pectoral con cordón de seda dorada y zapatos rojos". El diseñador de su ropa litúrgica, Filippo Sorcinelli, que también toca el órgano, elabora perfumes, tiene formación de música sacra y asoma pluma, ha dejado claro que “prepararse para vestir a un papa significa asumir el peso de la historia”. Eso ya me parece exagerado. Pues ahí es nada si ese diseñador tuviese que vestir a un torero de postín, pongamos por caso a José Tomás, o a la Esperanza Macarena con fajín de generala. Eso ya sería 'la expresión de lo inefable', que diría Juan Ramón. El ropaje de un papa consta de sotana blanca, faja blanca de seda muaré con el escudo de armas bordado, roquete de lino, muceta roja (de seda en verano, de terciopelo y armiño en invierno y de seda de damasco blanca y armiño en Pascua), cruz pectoral suspendida por un cordón dorado y solideo blanco. El de un torero en traje de luces no se queda a la zaga: zapatillas, medias, taleguilla, camisa, tirantes, corbatín, chaquetilla, capote de paseo, coleta y montera.Y tanto puede vestir de grana y oro como de rosa y catafalco.  En el caso de la Macarena, según su vestidor, Alberto Abril, depende si es tiempo de Pascua o de Semana Santa. En el primero de los casos, luce manto de damasco blanco, saya de otomán bordada y corona de capilla recién restaurada. En el segundo, durante la procesión de “La Madrugá”, porta una túnica conocida como  de los “ochitos” y el manto negro que diseñó Fernando Marmolejo y que bordó Esperanza Elena Caro entre 1963 y 1964 con primura.También procesiona con la toca de sobremanto que confeccionaron los talleres de Fernández y Enríquez en 1989, con diseño de Antonio Garduño, así como la saya conocida como de “las corbatas” también ideada por Marmolejo y confeccionada por Esperanza Elena Caro en 1964.Y por terminar, no quisiera echar en saco roto la elegancia de mi amigo Cayetano Oliván cuando se pone el traje de los domingos de tres piezas color chocolate, corbata de lunares, camisa de satén y zapatos acharolados de chúpame la punta. Todo un cromo siempre dispuesto a bailar una milonga gauchesca de Francisco Canaro en bautizos, bodas y comuniones.

 

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