El ministro de Defensa, Pedro
Morenés está haciendo bueno algo que en su día dijera Groucho Marx: “Inteligencia militar son dos términos
contradictorios”. A Morenés, como al resto del Ejecutivo, le ha sentado como
pedrada en ojo de boticario el fichaje del exJEMAD José Julio Rodríguez por Podemos, y ha advertido en Onda Cero que “está sometido a la
disciplina militar”, para poco después aclarar que “el exjefe de Estado Mayor
de la Defensa
ya le ha solicitado su pase a
retiro y su cese en una conversación telefónica como vocal de las reales y
militares órdenes de San Fernando y San Hermenegildo, pero que no le contó los
motivos”. Un poco más adelante, en aquella entrevista, Morenés dijo una
perogrullada: “Los partidos hacen lo que pueden para tratar de conseguir votos
y gobernar el país”, para poco después
tachar a ese partido (Podemos) de “antisistema”.
¿Y cuál es para Morenés “sistema”?
¿El bipartidismo corrupto? Yo le recomendaría a Morenés que cuando quiera decir
algo en profundidad, simplemente diga una sola palabra: subsuelo. Todos le
entenderemos a la perfección. Morenés le debe la cartera al rey Juan Carlos. Él sabe que ese puesto de
ministro, el de Defensa, lo llevaba pensado Rajoy para que fuese ocupado por Alberto Ruiz-Gallardón, pero una “sugerencia” del entonces Jefe del Estado al pusilánime Rajoy
determinó que Gallardón pasase a Justicia. Y Gallardón, por aquel cambio de
escaque en el tablero, consiguió a pulso llegar a ser el peor ministro de
Justicia que ha tenido la Democracia. En
septiembre de 2014, Gallardón dejaba el Gobierno tras la decisión adoptada por
el Gobierno de dejar en el cajón de los olvidos el anteproyecto de su reforma
de la Ley del
Aborto. Dijo que se marchaba de la política, que abandonaba su escaño en el
Congreso de los Diputados y el Comité Ejecutivo del PP. Cuentos chinos.
Cuarenta y ocho horas más tarde de su renuncia solicitaba el ingreso en el Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid
con un sueldo vitalicio de 8.500 euros brutos mensuales, de acuerdo con el
artículo 7 de la Ley
6/2007. Ese, sin duda, es el “sistema”
que le gusta a Morenés, es decir, el bipartidismo crónico siempre en poder de
la cuerda de trenzado y el engrase y puesta a punto de la puerta giratoria.
Hace pocos días, el 20 de octubre pasado, la Asociación Unificada de Militares Españoles, mayoritaria en los ejércitos, pedía su
dimisión por varios motivos: el “obstruccionismo” al funcionamiento de las
asociaciones; su “falta de sensibilidad y empatía” hacia los problemas de los
uniformados; y la reforma del régimen transitorio de la Ley de la Carrera. En fin, le queda poco
tiempo de ministro de Defensa y hasta puede que, como los cínifes, “muera”
políticamente entre aplausos.
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