En su artículo de hoy en ABC
de Sevilla, “Días de postureo”, Antonio Burgos señala:
“El postureo es la ficción de una
posición social y económica que no se tiene, pero dándole todos los visos de
verosimilitud. Es un trampantojo de la riqueza, de la elegancia, del poder, de
la virtud. Una estafa. Pero con arte. Por eso los de Feria son los días del
clásico postureo sevillano”. (…) “Postureo de quien
pone caseta sin tener un duro; postureo de quien engancha sin tener cortijo;
postureo de quien va a una primera fila de barrera de los capotes...que le
acaban de regalar porque el titular tenía ganas de seguir en la caseta y no
sabía a quién largársela. Media Sevilla ejerce en Feria el postureo de
disfrazarse de una especie en trance de extinción: el señorito”. (…) “El
Pollo Posturas fue banderillero de Joselito. No tenía nada de postureo: todo
era arte de verdad. Y no como ahora, que hemos de padecer a todos estos pollos
del postureo y de la chaqueta de Scalpers dos tallas más chicas, con el botón
tan apretado que parece que les va a saltar y van a dejar tuerto a alguien...”.
El Pollo Posturas
también aparece en la novela “La reina del duende”, de María Estévez y Héctor Dona (Roca Editorial de Libros,
Barcelona, 1ª edic., junio de 2012). Pero, ¿quién fue el Pollo Posturas? En el
capítulo II de ese libro se cuenta que “corre el mes de abril y Valencia está
calurosa. Pastora y Vito
nunca han visto el mar y les parece una buena idea acercarse hasta la
playa…, etc.”. (…) “Dan las tres en el reloj cuando deciden regresar a la pensión muertos de hambre…”.
(…) “El destino le pone de bruces con Rafael
el Gallo…”. Se saluda y hablan. “La
conversación no da para más. Vito tira de la manga de Pastora deseando ir a
comer y Rafael va camino de su hotel con su mozo de espadas, amigo y primo
hermano, el Pollo Posturas, hermano del cantaor flamenco Ignacio Ezpeleta…”. Como puede comprobarse, para Burgos el Pollo
Posturas fue banderillero de Joselito,
mientras que en la novela de Estévez, es mozo de espadas de Rafael el Gallo.
¿Cómo salir de dudas? Rafael el Gallo, como todos los aficionados saben, fue el
hermano mayor de Joselito, ambos de etnia gitana por parte de madre. No queda
otra que consultar archivos. Joselito, cuñado de Sánchez Mejías, murió en Talavera de la Reina de una cornada que le
produjo en el vientre “Bailaor”, pequeño y burriciego, de la ganadería de la viuda de Ortega, el 16 de mayo de 1920. Y doy con La fiera literaria (Boletín del Centro
de Documentación de la
Novela Española) donde Manuel
Asensio Moreno añade algo de luz, pero de luz de luna. No aclara mucho:
“En el barrio de Triana, en la Sevilla de los años 30, vivía un gitano, miembro
de una familia muy conocida, de la que habían salido dos buenos cantaores y un
buen torero, Manuel Rodríguez Cagancho, el cual mosito calé,
desde que accedió a la edad juvenil, pareció no tener atención para otras cosas
que su atuendo y sus poses. Su madre, Concha la Canastos, que lo adoraba,
lo animaba cuando salía de casa y se despedía con un beso en su noble frente:
“Hijo, pareces un figurín”. La gente de Triana no pensaba lo mismo. Muchos
estimaban que el mosito se excedía en el rebuscamiento de las posturas
estilo páginas de moda del “Blanco y Negro”, que adoptaba ante el
mostrador de una taberna, en el estanco o ante la reja de su novia Rosarito.
Empezaron a llamarle “El Pollo Posturas” y a hacerlo protagonista de chistes y
de anécdotas apócrifas. Faé, que así llamaban en familia a Rafael Vargas
Heredia, Flor de la Rasa
Calé y alias El Pollo Posturas, le dio a Concha
La Canastos, su madre, el disgusto de morirse, antes de cantar los
cuarenta, del moquillo”.
Finalmente, tratando de buscar información, en un ejemplar
de Diario de Sevilla (27/09/2012), en
su artículo “Joselito el Gallo, el rey de los toreros”, me entero por Luis Nieto que aquel malhadado día en
Talavera de la Reina,
Paco Botas había reemplazado a Caracol como mozo de estoques.
Finalmente, por Antonio Román Romero,
sé que Caracol “el del bulto” (Manuel
Ortega Fernández) era un sevillano de la Alameda, cantador de flamenco sin llegar al nivel
de su hijo. Durante su existencia fue mozo de espadas de sus primos Rafael el
Gallo y Joselito el Gallo. Fue el tipo que en la Estación de Atocha le
echó la bronca a una locomotora que soltaba vapor: “Esos cojones en
Despeñaperros”.De Caracol “el del bulto” se contaba que cuando su hijo
triunfaba en los tablaos flamencos, éste le acompañaba y le hacía las veces de
persona de confianza. Una de sus tareas consistía en liarle al hijo los
cigarrillos y tenérselos preparados en el camerino donde luego recibía las
visitas, las agasajaba y presumía del buen tabaco que gastaba. Un día al padre
se le olvidó liarle los pitillos.. Ante la airada reacción de su hijo, le
contestó: “Mira Manolito, hijo, no te pongas así, porque en un momento dao yo digo que este tabaco es de
contrabando y te detienen”.
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