miércoles, 27 de abril de 2016

Política y extravagancia





En su columna “Todo por el ego”, el plumilla Burgos, al referirse a las tres rondas de consultas de Felipe VI señala que “Éste –el rey- ha perdido soberanamente el tiempo”. Hombre, Burgos, el rey no ha hecho cosa distinta de lo que está previsto en la Constitución. Otra cuestión es que los líderes políticos de todos los colores no se hayan puesto de acuerdo para intentar aunar fuerzas e intentar formar Gobierno. De paso, el columnista de ABC de Sevilla aprovecha que el Duero pasa por Zamora para nombrar al golpista Tejero, por un lado, y a Juan de Borbón, por otro. En referencia al primero de ellos escribe: “…el ego de muchos políticos, especialmente el de los dirigentes de los partidos, no cabía en el histórico hemiciclo donde Tejero y su tropa pegaron los disparos del 23-F. A los que habría que cantarles, cambiado, el estribillo de la chirigota gaditana del Love en 1998: "No me pegues tiritos en el techo, / tíratelos tú en el culo, /que tiene el boquete hecho". Respecto a Juan de Borbón, Burgos entiende que “para proclamar el "por España, todo por España", hay que tener patriotismo y grandeza de espíritu”, al referirse a aquel 14 de mayo de 1977 cuando Juan de Borbón hizo renuncia de sus supuestos derechos históricos a favor de su hijo Juan Carlos. Pero, ¿qué derechos históricos podía trasmitir a un rey elegido en su día a dedo por Franco el tercer hijo de otro rey descoronado por abandono  en 1931? ¿Qué respeto podíamos tener los españoles a alguien que con el apoyo de su padre pretendió unirse a los rebeldes en agosto de 1936? A los desmemoriados, también a los que todavía le rinden vasallaje a ese Borbón después de muerto, habría que recordarles que Juan de Borbón, el mismo que dio el taconazo frente a su hijo y le transmitió no sé qué poderes aquella primavera del 77, pretendió contactar con el gobierno de Burgos vestido con mono azul de Falange y boina roja de carlista, hasta ser interceptado en el parador de Aranda de Duero por Fidel Dávila, que le instó a volver al exilio. Eso de “por España, todo por España” queda bien para las biografías póstumas, pero nada más. Juan de Borbón hizo por España lo mismo que yo por el Principado de Mónaco, o que Antonio Burgos en la batalla de Cavite. Mezclar la política con la incongruencia es como confundir el culo con las témporas.

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