Dos de mayo
Tal día como hoy, en 1808, se montó el
cisco padre en Madrid, que entonces tenía alrededor de 160.000 habitantes, por salir
la ciudadanía en defensa de un Borbón
(Fernando VII) del que todos nos
avergonzamos. Aquellos hechos los he leído en muchos libros, pero he llegado a la
conclusión de que donde mejor se explican de forma sencilla y amena es en uno de Fernando Díaz-Plaja (“Dos de mayo de 1808”. F. Díaz-Plaja.
Espasa Calpe, Madrid, 1996) que su autor
dedica al pintor Álvaro Delgado. El
mayor número de muertos tuvo lugar en el barrio de Maravillas (hoy más conocido
como barrio de Malasaña, uno de mis preferidos para callejear cuando voy a
Madrid) donde estaba asentado el Parque de Monteleón; y donde se contaron 1063 bajas entre muertos y heridos. Las noches
de los días 2 y 3 llegarían las
represalias francesas, con un rosario de fusilamientos en las montañas de
Príncipe Pío. Cuenta Díaz-Plaja: “Este es
el momento que recogió el asombroso pincel de Goya y que ha quedado como paradigma de la tiranía contra la
libertad. (…) Y los rostros… aquí si aparecen en sus matices; de desafío en el
hombre de blanco, de simple y serena espera en el que está a su lado… Éste se
ha quitado los puños de los ojos para mirar a la muerte; aquel, más atrás, no
se atreve a hacerlo pensando ingenuamente que si él no mira a los soldados,
éstos tampoco le verán a él”. Hay otros libros interesantes, que recomiendo
por su amenidad. Entre ellos, “Memorias
de un setentón”, de Mesonero Romanos,
y los “Episodios Nacionales”, de Pérez Galdós). Pero, en rigor, para
entender aquella tragedia madrileña hay que profundizar en los escritos del
gaditano Antonio Alcalá Galiano,
masón (iniciado en el Grande Oriente de España el 9 de octubre de 1813),
político, historiador, académico de la Española, de La Historia y de la de Ciencias Morales y
Políticas, presidente del Ateneo y dos veces ministro: de Marina en1836 y de Fomento en1865, nombrado por Narváez. Se da la circunstancia de que su padre, Dionisio, marino y cartógrafo, había
fallecido en la batalla de Trafalgar en 1805.
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