Félix
Madero, en Vozpópuli,
da un repaso a los líderes políticos una vez pasados los comicios a las
generales, a las municipales, a las autonómicas y a las europeas. Hay leña para
todos. Hace referencia a las sonrisas fingidas de Sánchez, Casado, Rivera e Iglesias. Aquí no se queda nadie si su correspondiente rapapolvo.
Todos ponen cara de haber ganado. Un partido, el PSOE, ha ganado por la
matemática electoral; otro, ha cambiado el oro por la plata y se ha convertido
en la alternativa de Gobierno; un tercero, por conocer que será la charnela
necesaria para el logro de Ayuntamientos y presidencias de Comunidades
Autónomas; un cuarto, por haber quedado como Cagancho en Almagro; y un quinto, por aparecer en la escena
política en el momento más inoportuno. En efecto: no importa ganar si no se
puede gobernar. Dice Madero: “Falsa la sonrisa de Pablo Casado,
que gana Madrid, pero se deja votos por espuertas, en Madrid y fuera de la
capital. Falsa la de Sánchez, que fracasa estrepitosamente con la operación Pepu
y deja a Gabilondo al borde de la
jubilación política. Y así van (sic) camino de cinco lustros, sin tocar pelo en
Madrid. Falsa la armónica y venerable sonrisa de Manuel Carmena que, aunque insistía en que había ganado, no veía
cómo Rita Maestre lloraba y lloraba a su espalda mientras ella
insistía en la victoria. Falsa la alegría desbordante de Albert Rivera,
que después de tanto afán debe empezar a asumir que lo que tiene es un partido
bisagra que no consigue arrebatar el sitio al PP. Algo hay, y no es aquí el
momento, que hace poco fiable a Ciudadanos, incluso entre los que lo han
votado. Se han gastado los ahorros catalanes en el famoso sorpasso,
pero el intento, inútil donde los haya, los ha dejado en la más absoluta
melancolía”. Y a Pablo Iglesias le cae la del pulpo: “Un líder
menor hundido y amortizado con ínfulas de ministro que no tuvo el arrojo
suficiente de dar la cara ni de poner un rácano tuit. Su cobardía da idea de su talla. Él sólo, con la inestimable
ayuda de su compañera Irene Montero y con el mastuerzo
político de Pablo Echenique y el taimado Monedero
se han cargado un partido llamado a gobernar España -eso decían las encuestas-,
en los momentos donde la crisis hacía estragos. Curiosa, por cierto, la forma
en que embiste Monedero contra Errejón,
al tiempo que culpa del desastre 'podemita' a las cloacas del Estado. En verdad
que harta tanta golfería política”. Al final de su artículo, dice Félix Madero:
“¿Y así estaremos cuatro años? Está por ver”. En política, como en la fiesta
brava, hay que tener cuidado con el toro manso. En ocasiones, mejora tras los
puyazos de reglamento En otras, el toro,
llámese Secretario, Azabache, Perdigón o Vinagrito,
se lleva al torero por delante en un arranque inesperado. Como dejó escrito Cela: “Hay que mantener el tipo, no
descomponerlo cuando se trabaja en la cuerda floja, sin red y a la vista del
respetable”. Conque menos fotos y a trabajar.
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