Aldabas en una sociedad patriarcal
Me entero de algo que desconocía y que he leído en Heraldo de Aragón. Resulta que en
algunas puertas de las casas del Pirineo hay aldabas en forma de pene,
relacionadas con la búsqueda de la fertilidad y de la descendencia. Según una
publicación del Ministerio de Cultura y Deporte, “se trata del tipo de llamador
o tirador más común en el Pirineo y en las Cinco Villas. A diferencia de los
llamadores que adoptan forma de animal, cuya función es protectora, estos
llamadores están relacionados con la fecundidad. En algunas piezas, el
simbolismo es aún más acentuado de cara a asegurarse la descendencia, pues a la representación de los
genitales masculinos se suma la figura de una concha, que tradicionalmente ha
representado a los genitales femeninos”.
Parece una idea magnífica (en el
supuesto de que coadyuve a conseguir resultados) en estos tiempos de baja
natalidad en las zonas rurales donde la población es residual y muy envejecida.
Añade esa publicación que “este tipo de llamadores, aunque sin concha, se
encuentran también con frecuencia en las puertas de algunas iglesias”. Parece
un contrasentido. Y lo es. El hecho de eliminar la concha en las aldabas de las
puertas de las iglesias parece una actitud, a mi entender, que hunde sus raíces
en los remotos tiempos de los orígenes de la sociedad patriarcal, que no era
cosa distinta al miedo que solía producir a muchos hombres el poder fecundador
de la mujer, quizás producto de la envidia que el hombre sentía por una superior
capacidad erótica femenina que no admite controversias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario