Estos días, en los debates políticos (como, por
ejemplo, el de los sábados por la noche en La
Sexta), los tertulianos se limitan a hablar de los últimos sondeos sobre
inclinación del voto y de algo que tiene mucho que ver con la democracia: la
aritmética parlamentaria. Eso está muy bien, pero no escucho hablar sobre
contenidos de programas, que es lo que en realidad deseamos conocer. La
demoscopia es, según los diccionarios, la técnica de estudio que
tiene por objeto el conocimiento de opiniones, preferencias y aficiones de los
ciudadanos a través de sondeos de opinión. Aquí solo se escucha el nombre del
gurú José Félix Tezanos y su
barómetro del CIS. Ahora parece ser que hay una variante a tener en cuenta: la
irrupción de Más País, la plataforma con
la que Íñigo Errejón concurrirá a
las elecciones del 10 de noviembre. Lo que parece acertado hoy, deja de
serlo mañana. Y vuelven a estar presentes los acertijos de los agoreros; y tornan,
también, a estar presentes los nuevos cálculos. El politólogo alemán Ernst Fraenkel, en su ensayo “Origen y significado político de la crisis
parlamentaria” (Folia Humanística.
Ed. Glarma. Tomo V, núm. 53, 1967), señala algo que debería hacernos
reflexionar: “El camino victorioso de la demoscopia ha actuado
desilusionadoramente sobre el elector particular, en cuanto le ha hecho ver que
la emisión de su voto es psicológicamente una elección libre; pero
sociológicamente está determinada. El camino victorioso de la demoscopia ha
traído como consecuencia para los partidos el que dirijan su llamada a los
electores establecidos y el que tenga lugar una campaña electoral alimentada
artificialmente, mecanizada, que no logra ya despertar ningún interés genuino.
Esta campaña electoral es una forma de aparición de propagandas científicamente
comprobadas, manipuladas, que sólo logran hacer más evidente aún el alejamiento
del ciudadano respecto del Estado: este alejamiento se hace patente por la
falta creciente de interés de los miembros ciudadanos, dentro de los partidos y
las asociaciones, por la vida interna de tales organizaciones”. De haber vivido hoy, no sé qué hubiera pensado sobre lo que acontece en España.
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