martes, 17 de septiembre de 2019

Gran "invento" contra la gazuza



No pasa un día sin que la prensa, en su sección gastronómica, nos informe de dónde, en qué restaurante y en qué ciudad se elabora la mejor tortilla de patata. Parece mentira que una comida tan simple dé para tanto. Hay hasta certámenes nacionales. Al final se llega a la conclusión que la mejor tortilla de patatas es la que hacen las propias madres. Hay especialistas que tienen sus particulares trucos: clase de patata, tipo de sartén para que no se pegue, con o sin cebolla, clase de huevos, sobre cómo practicar corte del tubérculo,  el mejor  aceite, cómo hay que conseguir que esté dorada y jugosa sin estar líquida por dentro, con conseguir que la cebolla esté caramelizada, etcétera. Ya lo dice el refrán: "Cada maestrillo tiene su librillo". Por todos es sabido que las patatas las trajo Francisco Pizarro de Perú en 1537 como alimento para animales.  El primer documento conocido que habla de la tortilla de patata es de 1817 (según José María Iribarren. Revista “Príncipe de Viana”, 1956) y estaba dirigido a las Cortes de Navarra, donde se describe que los habitantes de Pamplona la consumían. Dice el documento: “…dos o tres huevos en tortilla para cinco o seis, porque nuestras mujeres la saben hacer grande y gorda con pocos huevos mezclando patatas, atapurres de pan u otra cosa…”. Más tarde llegó la leyenda de una campesina y del general Zumalacárregui, que estando hambriento le pidió algo para comer. La campesina le hizo una tortilla con patatas troceadas, huevos y cebolla, que era de lo que disponía en aquellos momentos. Pero un estudio más riguroso de Javier López Linaje (Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC. “La patata en España. Historia y Agroecología del Tubérculo Andino”) sitúa el origen de la tortilla de patata en Villanueva de la Serena (Badajoz) el 27 de febrero de 1798, cuando  Josep de Tena Godoy y Malfeyto y el marqués de Robledo de Chavela  iban tras la pista de un alimento asequible y fácil de hacer que mitigase la hambruna de aquellos años a jornaleros y menestrales. Tena Godoy describía la reacción popular: “Yo no puedo ponderar a vuesas mercedes la admiración que causó a todos los que estaban presentes haber visto lo que crecía la masa en la sartén y el gusto y delicadeza que sacó después de frita. Todas las señoras votaron que de esta masa, particularmente si se mezclaba con huevo, se haría la mas excelente fruta de sartén [ ]”. Es decir, que la tortilla de patata quitó mucha gazuza en zonas deprimidas de España, que por desgracia cubrían casi todo el Reino. La tortilla sólo a base de huevo (francesa) ya se conocía y comía desde al menos siglo y medio antes. El Marquesado de Robledo de Chavela fue creado el 17 de de junio de 1649 por Felipe IV a favor de Juan Strata y Spínola, señor de Chavela. El marqués de Robledo de Chavela (al que aquí se hace referencia) fue Melchor de Mena y Mena, natural de Zalamea de la Serena (Badajoz) fallecido en Vergara (Guipúzcoa) en 1833.

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