domingo, 22 de septiembre de 2019

La ocasión la pintan Calvo



Señala Carmen Calvo en una entrevista en El País que las elecciones, en democracia, nunca pueden ser un fracaso”. Se equivoca de lleno. A mi entender las elecciones en democracia siempre son un fracaso cuando no se ha sabido negociar con otras fuerzas políticas. Porque los encuentros del PSOE con Unidas Podemos fueron una completa farsa con acompañamiento de clamor y murga. Se ha visto que Sánchez nunca deseo sentar a miembros del partido morado en sus supuestos Consejos de Ministros y que Iglesias se pasó de listo, rechazando con rotundidad aquello que se le ofrecía: una vicepresidencia y tres carteras ministeriales. Posteriormente, Sánchez afirmó que no podría dormir tranquilo sabiendo que en los Consejos de Ministros pudiesen sentarse políticos de Unidas Podemos. Eso demuestra que Sánchez pretendía el apoyo de la coalición podemita en una posible investidura de forma gratuita, sin conceder nada a cambio. Esas cosas, a mi entender, sólo se le pueden ocurrir al que asó la manteca. Esa señora es la que manifestó siendo ministra en el Gobierno de Rodríguez Zapatero que “el dinero público no es de nadie”.  Ahora se explica que le importe un carajo que haya que volver a gastar un Congo de dinero público de aquí hasta el próximo 10 de noviembre. Puedo estar de acuerdo con esa señora sólo en una cosa: que las dictaduras salen mucho más baratas y que la democracia lleva aparejado un coste mayor. Pero cuatro comicios generales en cuatro años es a todas luces una desvergüenza. Algún lector podrá recordarme que entre la renuncia al trono de Amadeo I y el golpe de Estado de Pavía, en el corto periodo la Primera República (entre el 11 de febrero de 1873 y el 29 de diciembre de 1874) hubo cinco presidentes: Figueras, Pi y Margall, Salmerón, Castelar y Serrano. La caricatura que muestro apareció en la revista satírica La Flaca el 28 de marzo de 1873, donde se muestra el apoyo a la Primera República Española de Suiza, Estados Unidos y Francia y el rechazo de las monarquías europeas. Pero el pronunciamiento de Martínez Campos en Sagunto aquel 29 de diciembre de 1874 tuvo la consecuencia directa de la  primera Restauración borbónica en el hijo de Isabel II. Carmen Calvo, a mi entender, debería pensar lo que dice a los medios antes de expresarlo. Pero no pasa nada: en el pecado lleva la penitencia.

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