Hasta ahora tenían fama los adoquines de
Calatayud.Se trata de grandes trozos de
caramelo de hasta medio kilo de peso envueltos en un papel con la imagen de la Virgen del Pilar yque por la otra cara llevan letras de jotas
aragonesas de las llamadas “de picadillo” (verbigracia: “Ay madre que me lo han roto/ hija no digas el qué…”) ideados por
el confitero bilbilitano Manuel Caro
Gormaz en 1928. Aquellos caramelos había que trocearlos con un martillo,
como se hacía en mi casa con unos turrones de Alicante de enorme espesor cuando
llegaban las navidades. Pues bien, ayer, en el debate televisivo, Albert Rivera enseñó al resto de
contertulios un adoquín, que dijo ser de los que tiran las turbas durante los
tumultos callejeros a la policía en Barcelona. Y hoy, consultando internet,
descubro que el famoso adoquín, que no es un adoquín sino un trozo de cemento
compacto de baldosa de acera callejera, se puede comprar en Amazon por un precio
inferior a 20 euros. Yo creo que por internet ya se puede adquirir hasta una
espada del Cid, eso sí, más falsa
que aquella que estuvo expuesta durante muchos años en el madrileño Museo del
Ejército antes de su traslado a Toledo;unbrazo de santa Teresa
fabricado en China, como aquellos falsos mantones de Manila; o la pluma de
gavilán con la que los Dos Pedros (Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón) firmaron la Paz de
Terrer en 1361, donde ambos monarcas se habían enfrascado en unas peleas sobre
las fronteras y la posesión del Reino de Murcia. Ya ve usted.
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