martes, 26 de noviembre de 2019

Romper los valores de Occidente



Arsenio Escolar se pregunta en Eldiario.es  “si el éxito de Teruel Existe provocará un efecto llamada en otras provincias despobladas, discriminadas en las grandes inversiones públicas y en cuya población se está generando la sensación de haber quedado relegadas e incluso abandonadas en las principales decisiones institucionales sobre grandes infraestructuras, servicios públicos, cobertura de las redes digitales o despliegue o repliegue de las redes bancarias, de gasolineras o de casas cuartel de la Guardia Civil”. No cabe duda de que los votos que ha recibido esa plataforma hasta conseguir un diputado se han restado a otras formaciones políticas más asentadas. No hay “enemigo” pequeño.  Por otro lado, Aznar acaba de hacer un alegato contra el multiculturalismo por la llegada de emigrantes. Para él “rompen los valores de Occidente”, como si se tratase de una vitrina. Vamos, que las tesis de ese expresidente del Gobierno se parecen mucho a las tesis de Vox. Y eso lo ha manifestado hoy en una mesa redonda sobre el futuro de Europa organizada por la Universidad Francisco de Vitoria, a la que también ha acudido Sarkozy, expresidente de la República Francesa. A Aznar habría que recordarle que gracias a la llegada de emigrantes se realizan trabajos en España que los españoles no desean; y que él fue el impulsor de la llegada masiva de sudamericanos para trabajar en el ladrillo tras la ley de la liberación del suelo en 1998 por él impulsada y que alimentó la burbuja inmobiliaria con todas sus consecuencias. Para refrescarle la memoria, “se construyeron miles de casas que ahora no se pueden pagar y permanecen vacías en stock sin ver la luz al final del túnel. Un valor que se creía de futuro y que ha llevado a la ruina a miles de familias y empresas” (Miriam Calavia Rogel, 5 Días, 8 nov. 2011). Un dato a recordar: sólo en 2015 la burbuja inmobiliaria se saldó con más de 700.000 embargos. Y para redondear ese cúmulo de despropósitos, su mujer, Ana Botella, siendo alcaldesa de Madrid puso a la venta 18 promociones inmobiliarias (1.800 viviendas) sociales de la Empresa Municipal de la Vivienda al fondo-buitre  Blackstone por 128.500.000 euros, muy por debajo del mercado. Y lo más triste, siempre hay algo más triste, fue que muchos inquilinos de estas viviendas tenían derecho a opción de compra, pero al venderlas el Ayuntamiento de Madrid en bloque se les impidió ejercerlo. Hubo una querella que finalmente fue archivada por la Sala de Enjuiciamientos del Tribunal de Cuentas, revocando la sentencia condenatoria, absolviendo a Botella y al resto de los condenados, en una resolución adoptada por dos votos contra uno de los tres miembros que formaban la sala. Los dos miembros que votaron a favor de la absolución fueron Margarita Mariscal de Gante (exministra de Justicia en el Gobierno de Aznar) y José Manuel Suárez Robledano. ¡Bingo! Ambos fueron posteriormente nombrados consejeros del Tribunal de Cuentas a propuesta del PP. ¿Aquí, quién rompe los valores de Occidente? Son muchos los personajes que han muerto de risa: Calcante, en el siglo XII a.C.; Zeuxis, en el año 398 a.C.; Crisipo, en el siglo III a.C.; Martín el Humano, en 1410, etcétera. Hoy, escuchando a Aznar en su intento de "aderezar los valores de Occidente" con unas fórmulas mágicas de su invención que tampoco clarifican, me entra la misma risa que le produjo a Crisipo ver a un burro comer higos. Tal vez a ese aderezo culinario (como extraído del "Libro de Cocina" de la Sección Femenina) le falte perejil y le sobre soberbia. Malo es tratar de convertir a España en un palenque donde cada uno debe bajar armado de todas las armas que penetran en las tripas. La frase no es mía sino de Mariano de Rementería y Fica ("El hombre fino", Madrid, 1837). Lo mejor que podría hacer Aznar es dejar de decir tonterías.

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