miércoles, 6 de agosto de 2008

Arrepentimiento

Cada día que pasa me doy más cuenta de mi equivocación. En las últimas elecciones a las Cortes debería haber votado al Partido Popular, que llevaba en su programa de gobierno la exención de impuestos a quienes ganaban menos de 16.000 euros al año, la plantación de quinientos millones de árboles, iban a crear dos millones y medio de puestos de trabajo y nos iban a convertir en la sexta potencia del mundo mundial. Sí, me equivoqué votando a unos descamisados que habían ocultado la crisis para ganar las elecciones, de la misma manera que se "aprovecharon", cuentan los perdedores, de la desgracia de los trenes para derrotar a Rajoy en las urnas en el 2004. Y es que me paso la vida equivocándome, por estar comprometido moralmente con un progresismo que sólo piensa en prestar atención a los inmigrantes, que nos devuelve 400 euros en la nómina, y que tuvo en su día arrestos suficientes (con Felipe González) como para hacer una sanidad universal y gratuita para todos. Esto con Franco no pasaba. Y con Aznar tampoco hubiera pasado. Ambos personajes eran lo que entonces se llamaba "hombres de bien".

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