jueves, 13 de mayo de 2010

De bote y voleo

En el BOE número 275 de 16/11/2007 aparece reflejada la ley 35/207 de 15 de noviembre por la que se establece la deducción por nacimiento o adopción en el Impuesto General sobre la Renta de las Personas Físicas y la prestación económica de pago único de la Seguridad Social por nacimiento o adopción, sancionada por Juan Carlos I, Rey de España. En la exposición de motivos se hace alusión al artículo 39 de la Constitución Española, donde “se ordena a los poderes públicos asegurar una protección adecuada a la familia, en los ámbitos de lo social, económico y jurídico”. Pues bien, en lo que respecta a dicho artículo 39, entiendo que José Luis Rodríguez Zapatero se lo ha pasado por el arco del triunfo y se ha quedado tan ancho. El presidente del Gobierno, más bonito que un sanluís, ha preferido suprimir de un plumazo los 2.500 euros que se concedían a las madres por el nacimiento de hijos, además de una serie de medidas por todos conocidas, antes que acometer reformas en el mundo financiero, (“¡a la bicha ni tocarla!”), en un intento nada torero de conseguir disminuir el tremendo déficit del Estado. Han sido necesarios los “tres avisos”, tres toques de clarín, por parte de la canciller alemana Ángela Merkel, del presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, y del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, para que Rodríguez Zapatero se “colocara las pilas” de una puñetera vez. Y Zapatero, ya con la bombilla encendida sobre su cabeza y después de haber consultado con el doctor Franz de Copenhague, ha tirado por el camino de en medio, o sea, sacudiendo estopa con el látigo de siete colas a la clase media y a los desheredados de la fortuna. Es decir, recortes en los salarios de los funcionarios, supresión del cheque-bebé, congelación de pensiones, reducciones de la ayuda al desarrollo, etcétera. Ex ministros del PP y del PSOE critican el plan, ( después de muerto, al marqués le llamaban cornudo); y los sindicatos mayoritarios anuncian una huelga de trabajadores públicos para el 2 de junio. Menos mal que hoy, sin esperar a mañana, (pese a haber estado Felipe anoche en Hamburgo), los Príncipes de Asturias han peregrinado a Santiago, han asistido a la Misa del Peregrino en la Catedral de Compostela y se han marchado de tapeo por el casco viejo acompañados de Núñez Feijóo, esa extraña efigie descatalogada en la planta noble de Génova 13. Me suele decir un amigo que se está arruinando al pueblo a costa del Estado. Antes me parecían exageradas tales afirmaciones. Ahora creo que lleva razón. Ya veremos cómo termina el cuento.

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