sábado, 15 de mayo de 2010

Revilla se cabrea

Revilla está muy enfadado con la paralización de las obras del AVE en Cantabria, cuya primera piedra debería haberse colocado hoy. Ha aprovechado una reunión de “afectados” en Monzón de Campos (Palencia) para hacer serias amenazas al Ministerio de Fomento: “En el momento en que no me las den --refiriéndose a las cosas que su pueblo quiere--,yo me voy para casa o hago algo más grave todavía”. Qué quieren que les diga. Lo de irse a su casa entra dentro de lo posible. En política no se está eternamente, salvo que alguien se llame Manuel Fraga Iribarne y haya nacido en Villalba. Lo que me preocupa es que este señor pueda hacer un disparate y salir en la página de sucesos. Espero que no se tire desde la estatua de Velarde de cabeza ni se lance a las frías aguas del Cantábrico desde Cabo Mayor ni intente poner una bomba casera al paso del coche de Pepe Blanco. Por estos pagos nunca se sabe cómo se resuelven las situaciones embarazosas. Miguel Angel Revilla, que pasó de ser empleado de banca a presidente de Cantabria y a tertuliano de Punto Radio, podría ahora despeinarse con el viento del nordeste y transformarse en el Noi del Sucre o en Mateo Morral. Revilla sabe que ahora no hay dinero y teme que con el AVE a Santander suceda lo mismo que con el Santander-Mediterráneo, hace ahora un siglo, que se quedó inconcluso en Cidad-Dosante. Trichet asegura que “vivimos los tiempos más difíciles desde la Primera Guerra Mundial” y Revilla, que es economista, es conocedor de que no están los tiempos como para llevar en taxi bocartes a La Moncloa. Conque, de momento, sólo podrá montarse en el tren de la bruja, eso sí, durante las fiestas de Santiago.

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