miércoles, 26 de mayo de 2010

Juegos malabares

“Miré los muros de la patria mía,/si un tiempo fuertes ya desmoronados/”. Francisco de Quevedo está hoy más presente que nunca en esta España emborrachada en la aburrición y en el fastidio. Pero tenemos suerte. El próximo Mundial de Fútbol tal vez consiga que permanezcamos narcotizados y ajenos al drama que supone contemplar cada amanecer el desconsuelo de unas rosas degolladas. Es un hecho cierto que los hooligans ya ocupan hasta los escaños de la Cámara alta. El jurista Benigno Pendás, en una Tercera de ABC publicada hoy, hace referencia a nuestra actual situación: “Lo peor ha sido y sigue siendo la inconsciencia. Juegos malabares, planes sin contenido, dádivas para ganar adeptos, trampas dialécticas para engañar a los ingenuos,(...)trucos de magia barata y excusas de mal pagador”. Las rectificaciones en el BOE en menos de 24 horas ponen de manifiesto que el Gobierno de Rodríguez Zapatero ha perdido la aguja de marear. La noche que apareció José Blanco en “La Noria” para tratar de explicar lo inexplicable a un público que daba más crédito a Belén Esteban que a María Emilia Casas, o a Kiko Matamoros que a Cándido Conde-Pumpido, comprendí que ya iba siendo hora de que los ocho miembros de la Wallace Hartley Band aparecieran en la cubierta del barco para interpretar el conocido "Nearer, my God, to Thee" y, así, animar en la medida de lo posible a los casi cinco millones de parados que carecían del salvavidas necesario.

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