miércoles, 12 de mayo de 2010

Intelectualmente entendible

Rodríguez Zapatero ha hablado esta mañana en las Cortes, y al referirse a los recortes en los sueldos de los funcionarios a más de uno se le ha quedado cara de acelga. En una rueda de prensa concedida hoy a los medios, el portavoz del PSOE en las Cortes de Aragón ha venido a decir que “el esfuerzo que se pide a los funcionarios, con un recorte del 5%, es duro pero intelectualmente entendible”. ¿Qué habrá querido decir Jesús Miguel Franco? El 10 de marzo de este año, Francisco Pina, Presidente de la Cámara, reconoció que “el sistema de sueldos de los diputados es mejorable, revisable y discutible”. Añadió que “se había hecho por consenso.” ¡Toma, claro! O sea, todos estuvieron de acuerdo en que los diputados aragoneses con dedicación exclusiva percibieran sus ingresos por dos vías: el sueldo ordinario, que tributa, y las dietas, fijas y mensuales, que no pagan impuestos. De hecho, hay diputados que cobran mensualmente hasta 2.094,13 euros si se trata de diputados simples, sólo en concepto de dietas. Aquellos diputados que han optado por no acogerse a la exclusividad pueden percibir una cantidad económica por kilometraje. Vamos al meollo de la cuestión: ya sabemos que esas jugosas dietas por viajes y manutención dependen del lugar de residencia y éstas se suman al salario de 3.295 euros. Las perciben los 57 políticos con dedicación exclusiva, incluso los meses de julio (con baja actividad parlamentaria) y agosto (mes de vacaciones). Bajo el título de "indemnización" se incluyen el alojamiento, la manutención y el transporte "derivados de la actividad parlamentaria o institucional". Esas dietas citadas pueden elevarse hasta los 2.462,41 euros cuando se trata de los miembros de la Mesa de las Cortes. Y ahora viene lo que podría ser una nota a pie de página: las cantidades se estipulan en tramos de 0 a 50 kilómetros, de forma que incluso los que viven en Zaragoza perciben una indemnización. ¡Que desfachatez! Además de las dietas, disponen de doce mensualidades, (por lo que el sueldo de un miembro de la Mesa puede superar los 95.000 euros brutos anuales y los 70.000, en el de un diputado simple). La picaresca aflora con frecuencia, cuando un diputado que habitualmente vive en Zaragoza se empadrona en un pueblo remoto para aumentar sus ingresos. Por si ello fuera poco, existe también una partida para “complementos en función de cargo”. De esta guisa, los salarios brutos anuales (sin contar gastos de desplazamiento) se sitúan entre los 91.770 euros del presidente Francisco Pina; los 67.421 de la vicepresidenta primera, Maite Pérez; los 66.676 del vicepresidente primero, Miguel Ángel Lafuente; los 64.995 de la secretaria primera, María Herrero; o los 63.409 de la secretaria segunda, Ana María Grande. Por “razón de cargo” también disponen de un apetitoso complemento los portavoces de los cinco grupos parlamentarios. Su sueldo es de 67.421 euros, y los diputados que han sido designados portavoces de una comisión cobran 48.309 euros anuales. Jesús Miguel Franco, por tanto, al señalar que “el recorte en el sueldo de los funcionarios es duro pero intelectualmente entendible”, ha quedado como Cagancho en Almagro. No sé que idea tiene este político de lo que es “intelectualmente entendible”. Evidentemente, si no se dispone del entendimiento necesario, no se concibe nada. En cualquier caso, yo sigo sin entender de qué va ese tipo. Porque, una de dos: o carezco de las neuronas necesarias, o simplemente se trata de un hatajo de desvergonzados de tomo y lomo.

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