lunes, 10 de mayo de 2010

La sombra de Durán es alargada

Durán i Lleida, el político mejor valorado en las últimas encuestas, está ahora animando a Rajoy a lanzarse al vacío desde el trampolín de los suicidios mediante una moción de censura al Gobierno de Rodríguez Zapatero. Pero el registrador de Santiago de Compostela no se aventura. Percibe que puede caer de tripa sobre la plancha de agua. A Durán habría que preguntarle sobre ¿qué gran personalidad podría --según él --presidir el Gobierno de base amplia donde hubiese más de un partido? Es decir, a Durán le gustaría –y así lo ha reconocido en su carta web de los viernes-- que ese bodrio infumable y gobernante estuviera formado por políticos del PSOE, del PP, del PNV y de CiU, pero sin IU . La razón que esgrime este iluminado de la cosa patria es de lo más peregrina: “los de IU no son partidarios de las reformas que España necesita". A mi entender, su extravagante condición democrática provoca la sacudida de que Durán lo que proyecta no es cosa distinta a ensayar innovaciones con un nuevo modelo piloto: el obsoleto modelo Miguel Primo de Rivera, sin uniforme ni susurro de sables. Un modelo piloto que costó un alto precio: el de una renuncia al Trono de España en 1931.

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