lunes, 24 de diciembre de 2012

Nochebuena




Cada año, cuando llega el 24 de diciembre, después de desayunar y de mirar por la ventana por ver cómo pinta el día, cumplo con el rito ya casi enfermizo de releer “La Nochebuena de 1836”, de Mariano José de Larra. A otros tipos les da por ir a la parroquia después de una copiosa cena para meterse de lleno en el merengue de la  Misa de Gallo, cantar “pero mira como beben los peces en el río”  y  hasta poder reflexionar tras una homilía en la que el cura ecónomo señala a los feligreses presentes al acto litúrgico lo mal que se está poniendo la cosa en España para todos, con la excepción de la Conferencia Episcopal, de ciertos políticos de pacotilla y de determinados gestores empresariales que se lo llevan crudo por mor de la afición. Puede que se ahorre las excepciones, pero nada cambia con esa omisión. Pero el encasullado cura,  muy en su papel, hace lo típico, es decir, recordar en esas disertaciones que muchos cristianos (se omiten a los moros de la morería, a los inicuos, que no tienen redención posible y a los judíos, que mataron a Dios) no disponen de habitáculo en el que dormir y que, en consecuencia, intentan adormilarse donde pueden o donde les dejan, tapados con cartones del Mercadona. Esos cristianos dejados de la mano de Dios, que no tienen marquesina donde soñar ni pueden echar un polvete con cierto decoro, cuentan las limosnas y, si les llega, se meten entre pecho y espalda un bocadillo de rabas y un “tetrabrik” de vino infame, se atrincheran en su refugio habitual y pasan olímpicamente de lo que significa esa noche para el resto de los humanos. Sobre ese cura de casulla de verde Adviento, que tanto explica que sufre por los desheredados de la fortuna, tal vez Larra, pensando en su criado, tiene un recuerdo para don Quijote: “Come, Sancho, hijo, come, tú que no eres caballero andante y que naciste para comer”. Para Larra, “hasta la voz [de su criado] parece pedir permiso para sonar”. Larra es consciente de que “los filósofos, es decir, los desgraciados, podemos no comer, ¡pero los criados de los filósofos…!”. Esta noche tendremos hasta mensaje real televisado en varios idiomas. Como decía uno de mi pueblo: “De lo que tenemos, no nos falta de nada”. En fín, que ustedes lo pasen bien.

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