El diario Heraldo de Aragón, en
su versión digital, cuenta hoy una noticia en primera página que parece sacada
de “La Codorniz”.
Señala: “Un ciclista
de 23 años atropelló este viernes [por ayer], alrededor de las
21.30, a una mujer de 66 años que cruzaba por la avenida de San José de
Zaragoza. El joven, P.B., arrojó un resultado que superaba la tasa penal
establecida para conducir vehículos a motor (0,60 mg de alcohol
por litro de aire espirado) en las pruebas de etilometría, mientras que la peatón fue
trasladada en ambulancia a un centro hospitalario, donde
se le diagnosticaron lesiones de pronóstico reservado”. Comprendo que no está
nada bien ir arrollando transeúntes por las calles. Es de mala educación. Pero
hacer soplar en el etilómetro a los ciclistas por parte de los guardias es de
tebeo, por más que esté contemplado en el artículo 30 de la Ordenanza de Circulación
de Peatones y Ciclistas y fuese publicado en el número 157 del BOPZ con fecha
11.07.2009. También se da por hecho que los alcaldes y ediles no deben
atropellar a la ciudadanía trincando lo que no es suyo ni derrochar en
chorradas injustificables el dinero público. Lo de aplicar el etilómetro a los
ciclistas y comparar al que pedalea con el que conduce un camión de reparto o
una motocicleta es exagerado además de una astracanada. Es como si un policía
local pidiera la licencia de armas a un ciudadano que se entretuviese
disparando con carabina de aire
comprimido en una barraca de feria, o sea.
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