Cuando se mezcla lo humano con lo divino pueden saltar
chispas. Los aragoneses nombraron a la Virgen del Pilar capitana de las tropas
aragonesas. De hecho, entre los innumerables mantos, la basílica cuenta con un
mantón con fajín y alguna vez se lo ponen a la columna. También en Sevilla, la Macarena procesionaba hasta hace poco por las
calles con el fajín que había pertenecido a Queipo de Llano.Y hoy leo en ABC
de Sevilla la columna de Burgos donde
éste cuenta que se han perdido algunas
tradiciones. Entre ellas, “la colocación solemne de la Custodia, terminada la
procesión del Corpus, en la
Puerta de la
Asunción, para que el Santísimo reciba los honores de Capitán
General con el desfile de la tropa”. ¿Alguien concibe hoy que una custodia con la Sagrada Forma pueda recibir
honores de capitán general a la puerta de una iglesia? Para mí que esas cosas
sólo suceden en España. No termino de entender qué tiene que ver el empleo, o
el grado, de un funcionario de uniforme con la transustanciación del cuerpo de
Cristo en la Hostia. Tampoco
entiendo que una compañía de fusileros deba rendir honores a Dios Hijo como si se tratara de la
llegada a Barajas de un jefe de Estado extranjero en visita oficial a nuestro
país. España no es una Teocracia, sino un Estado aconfesional y así consta en la Constitución de 1978;
y la fe, que yo sepa, constituye una opción estrictamente de carácter privado.
Pero, claro, en España, la aconfesionalidad del Estado es el terreno propicio
para que las religiones disfracen de libertad de conciencia lo que tan solo
consiste en la más desleal, cuanto más concertada, utilización de las
instituciones para fines exclusivamente proselitistas. El Estado laico, como es
el caso de Francia, ya no es sólo que no se adscriba a una determinada religión
sino que asume el compromiso de mantenerse activamente independiente. Esa es la
diferencia. Pero en España, por aquello de Concordato
de 1979, todavía en vigor, parece como si hubiésemos metido en el centro de
una custodia dorada el artículo 6 del Fuero
de los Españoles, donde se establecía que “la profesión y práctica de la Religión Católica,
que es la del Estado español, gozará de protección oficial. El Estado asumirá
la protección de la libertad religiosa, que será garantizada por una eficaz
tutela jurídica que, a la vez, salvaguarde la moral y el orden público”.
Todavía hay muchos españoles que se hacen cruces por el hecho de que la
coronación de Felipe VI no haya tenido lugar en una catedral y como preludio o postre a un acto litúrgico solemne con homilía
incluida. De hecho, la Iglesia Católica
renunció al privilegio del fuero y el Estado al de la presentación de obispos
en el Concordato de1976,
anterior al actual en vigor. Desde entonces a ahora poco más hemos avanzado.
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