
martes, 26 de enero de 2016
Sobre apellidos, blasones y bulas

lunes, 25 de enero de 2016
El rosario de la aurora
Julio Llamazares
da en el clavo cuando afirma en su columna de El País que haga lo que haga Sánchez,
pierde. “Para los que desconocen el arte del ajedrez –señala Llamazares-
explicaré que se conoce como zugzwang (del alemán zug, jugada,
y zwang, obligatoriedad) a una posición del juego en la que el jugador
al que toca mover pieza se enfrenta a una situación penosa: ha de mover, pero
con cualquier movimiento que haga pierde!”. Claro, si se coaliga con la derecha
de Rajoy, el PSOE se va al carajo;
si se coaliga con Podemos y otros partidos independentistas, se le echarán
encima los barones de su partido, que no desean pactar con quienes desean
romper España. “A mí al menos, no me gustaría estar en su piel –termina
diciendo Llamazares-, pues como ajedrecista aficionado sé que lo peor que te
puede pasar en una partida es tener que mover pieza y no saber cuál, pues con
todas las que muevas pierdes”. Y mientras esas cosas suceden, Antonio Postigo, en su viñeta de El Periódico de Aragón, coloca un dibujo
de Juan Carlos de Borbón, que cuenta
a un contertulio imaginario: “La segunda
ronda de consultas la haré yo. Ya lo he hablado con Landelino Lavilla”. Pedro de Tena, en Libertad Digital, llama chulo
de Vallecas a Iglesias. Dice:
“la chulería ha sido llamativa. Configurarle el gobierno a su presunto
presidente [Sánchez] desde la vicepresidencia autoproclamada, en presencia del Jefe del Estado y sin previo aviso, es
una chulería de quilates”. Y las últimas encuestas que publican La Razón
y ABC dan por hecho que sólo el PP
ganaría escaños en caso de repetirse las elecciones: de los
actuales 123 pasaría a tener 131, el PSOE perdería 1, Podemos perdería 3 y
Ciudadanos perdería 2. La suma de PP y Ciudadanos sería de 163 escaños y se quedarían a 7 escaños de la
mayoría absoluta, es decir, a los 169 necesarios. Pero las encuestas (tanto de GAD3 para ABC como NC-Report para La Razón,
que son parecidas) dependen del ámbito en el que se han practicado. No parece
que dé la misma opinión un ciudadano de Vallecas que otro del
Barrio de Salamanca, ni a uno de Villaverde que a otro de Cercedilla. En
cualquier caso, las encuestas de hoy no sirven para dentro de dos meses. Si el
PP lo tiene tan claro, adelante con los faroles. Pero cuidado, no vaya a
salirle a la derecha (PP y Ciudadanos) el tiro por la culata y, modismos
aparte, terminen ambos como el rosario de la aurora, o sea.
domingo, 24 de enero de 2016
Cocina de Cuaresma

sábado, 23 de enero de 2016
Lo que sea, será
El ciudadano Rajoy
no sabe negociar. Nunca supo negociar. Le quitas la mayoría absoluta en las
Cámaras y se convierte en un pelele goyesco. ¿Y qué dice ahora? Pues dice que
“España necesita un presidente con dignidad, no uno humillado”. Vamos a ver: el
presidente del Gobierno todavía en funciones no ha sido nunca presidente de
España sino presidente del Gobierno. Los últimos presidentes de España fueron:
uno, un señorito andaluz de derechas que, como dijo Rafael Alberti, fue tonto en Priego, en Alcalá y en
Zamora; y otro, don Manuel Azaña, el
hombre honesto al que nunca se le hizo justicia. Ahora dice don Tancredo en Córdoba que “el posible
pacto PSOE, Podemos, IU y los partidos independentistas en el Congreso harán
mucho daño”. Sí, claro, a la derecha corrupta. Hoy, además, se conmemora el
quingentésimo aniversario de la muerte de Fernando
II de Aragón, apodado el Católico, tomado como ejemplo por Maquiavelo en El Príncipe, en 1513, y ensalzado por Gracián en El político,
en 1640. Fernando II conquistó Granada, expulsó a los judíos y colaboró con el
dinero de Castilla en el descubrimiento de América. Murió en Almendralejo
envenenado lentamente por las pócimas
que tomaba para poder tener un mínimo priapismo (entonces no había Viagra) y estar a la altura de Germana de Foix, que era mucho más
joven que él y mucho más fogosa. Y Fernando II, sin entrar en un concurso de méritos
con Isabel, nunca estuvo a la altura
de ésta, fallecida en 1504 de un cáncer de endometrio. Como señala Ricardo
García Cárcel, “una gran
parte de la nobleza castellana, cuando murió Isabel, demostró tener más
simpatía por Felipe el Hermoso,
marido de Juana que por Fernando”.
Pero a lo que iba, en su editorial, El
País, bajo el título de Penoso
escenario, señala: “La comparecencia de Iglesias tras su audiencia con el Rey sembró el desconcierto en las
filas socialistas, al dar la sensación de que hay posibilidades de un Gobierno
de coalición entre PSOE y Podemos. Para dramatizar más la situación, Iglesias,
decidido a romper el tablero a cada ocasión que se le presenta, utilizó al Rey
como frontón para hacer un juego con el que pretendió descolocar a los
presuntos adversarios, hasta el punto de que Sánchez, recibido en La
Zarzuela después de Iglesias, tuvo que enterarse por Felipe VI de los planes del jefe de
Podemos. Una rocambolesca situación, justificada melifluamente por Iglesias
nada menos que por el respeto institucional debido al jefe del Estado”.Ya
veremos en qué queda esta olla de grillos donde hasta los caballitos de largan del tiovivo. Lo que sea, será.
viernes, 22 de enero de 2016
La saga/fuga de Sánchez
Esta misma mañana, Melchor
Miralles contaba en República.com
que “hay mucho movimiento. Nada se puede dar por cerrado. Pero Rajoy está al borde del abismo, y con
Rajoy un Partido Popular repleto de cobardes que con su silencio cómplice han
posibilitado este drama para el centro derecha. Si se consuma la tragedia van a
tardar un rato en recomponerse. Por la mala cabeza de Rajoy y el miedo
insoportable de sus mariachis”. Y esta misma tarde, hace un rato, la Casa del Rey ha confirmado que
Rajoy declina la propuesta del Rey de someterse a la investidura. Y le ha
faltado tiempo a Pablo Iglesias para
ofrecerse a Sánchez en un Gobierno
de coalición con él de vicepresidente y Errejón
como ministro de no sabemos qué cartera. Todo ello a pesar de que hoy, también,
Óscar López, portavoz del PSOE en el
Senado, haya asegurado que “su partido no va a hacer un Gobierno apoyado y
defendido por fuerzas independentistas”. Y el diario ABC señala que la situación actual es muy parecida a la que hubo en
España en 1934. ¡Toma ya! Aquí ha quedado claro que Sánchez renuncia a sus “principios esenciales” con tal de ser
inquilino de La Moncloa,
aunque sólo sea, como mucho, por dos años. Tiempo le pido al tiempo… De la
corrupción, con el suma y sigue, sólo ha aforado un poco de lo que se espera
que aflore. Lo último, la dimisión del subsecretario de la Presidencia con el
tema de Acuamed, que ya veremos en
qué queda. Y esas cosas acontecen ahora, cuando la vicepresidenta Sáenz
de Santamaría cambiaba de imagen (con unas gafas horripilantes más propias
del Coyote) y al tiempo en que
España protestaba ante Venezuela por los
insultos de Maduro a Rajoy, al que
ha llamado racista y colonialista entre otras lindezas. Jesús Cacho, en Vozpópuli
avisa de que “si en los próximos días Podemos llega al convencimiento de que
puede dar el sorpasso y convertirse en fuerza hegemónica de la
izquierda española yendo a nuevas elecciones, Pablo tapiará las ilusiones de Pedro
e iremos a esa segunda vuelta electoral sin remisión. En caso contrario, la
saga fuga de Sánchez podría hacerse realidad con un Gobierno que sería un lío
en sí mismo, un caos, un revoltijo que podría costarle la hijuela no al PSOE,
que también, sino al país, porque el apoyo de los nacionalistas catalanes de
ERC y de CDC podría valer el precio en oro de la definitiva ruptura de España”.
miércoles, 20 de enero de 2016
¿Pasa algo?
Ahora resulta que un columnista del diario ABC de Sevilla cuyo nombre omitiré, por
la vergüenza que me produce leer sus columnas, cuenta a sus lectores cómo ha de
comportarse el ciudadano cuando es recibido en La Zarzuela (“ese chalé
buenecito, aunque en Sotogrande o en Guadalmina los hay mejores”) por el Rey. Eso tiene arreglo, que el Rey se
vaya a vivir al Palacio de Oriente. Tanto el chalé buenecito, como él dice,
como el Palacio de Oriente corren por cuenta de todos los españoles y pertenecen
al Patrimonio del Estado. Y el plumilla,
lacayo hasta la grosería, convertido de pronto en jefe de Protocolo del as de
espadas, o del marqués de Carabás, señala al que leyere su recuadro cómo
debemos comportarnos ante el Rey en caso de audiencia: “Cuando entre Su
Majestad, usted se cuadra y da un taconazo. Y si le ofrece la mano para
dársela, usted se la da, al tiempo que inclina la cabeza. ¿En su pueblo de
usted no dan ‘la cabezá’ en los pésames de los entierros? Pues eso mismo debe
usted hacer. Y si le invita a sentarse, se sienta. Y si no, permanece en pie
hasta que él lo diga. Y si le pregunta, usted contesta. Y si no, hasta que él
no hable, no abra la boca. No trate de hacerse el gracioso dorándole la
píldora: "Qué bien va este año su Atlético de Madrid, ¿eh,
Majestad?". Mejor que "Majestad", déle el tratamiento de
"Señor". Y por supuesto le habla en tercera persona. Sepa que el
"usted" está terminantemente prohibido ante el Rey. Ah, y lo más
importante: de lo que le diga el Rey, usted, chitón. Es de muy mal gusto y de
ninguna lealtad ni respeto andar contando lo que le dicho a uno el Rey. Así que
al terminar la audiencia no me vaya a ir por ahí diciendo que si el Rey patatín
y patatán”. Vale, quedamos enterados. Si el Rey
nos recibe algún día en Palacio,
que no creo, daremos un taconazo como el que dio Juan de Borbón a su hijo Juan
Carlos el 14 de mayo de 1977, cuando cedió los derechos dinásticos y dijo
aquello de “por España, todo por España”, ja, nos pondremos firmes, inclinaremos la cabeza
hasta dar con la frente en la moqueta y esperaremos a ver si nos invita a
sentarnos y todas esas cosas tan aburridas. Como se hace, supongo, frente a la cursi Reina
de Inglaterra. A mi entender, en una
Monarquía Parlamentaria, como es nuestro caso, la soberanía reside en el
pueblo. Y el Rey es un servidor público. En consecuencia, frente al Rey hay que
adoptar una postura de respeto, no por el hecho de ser el Rey, que también,
sino por ser el Jefe del Estado. Pero no hay que doblar la cerviz ni dar
taconazos (“como corresponde al laconismo milita de nuestro estilo”, en frase
de José Antonio) ridículos. A ese
plumilla habría que decirle que los españoles no necesitamos que venga a darnos
clases de urbanidad ni a recomendarnos, es un suponer, “El hombre fino”, manual
completo de cortesía y buen tono, aumentado con las reglas de educación y
decoro para las señoras, traducido del francés al castellano por don Mariano de Rementería y Fica (
Tercera edición. Imprenta del Colegio de Sordomudos, Madrid, 1837). Y si viviésemos
ahora en ese año de aquel siglo, le recomendaría al plumilla sevillano que lo
buscase en la Librería de Cuesta, frente a las Covachuelas.
Pero como ello resulta harto complicado,
puesto que ya estamos en el año 16 del siglo XXI, puede pedirse una edición facsímil
a la Editorial Maxtor, de
Valladolid. El plumilla sólo acierta cuando escribe: “Pero como en España no
hay paladar para las tradiciones de la Corona y además nadie enseña estas cosas, pasa lo
que pasa”. Y si pasa lo que el plumulla dice que pasa, ¿qué pasa? Estos días,
el Rey recibe a los líderes de los principales partidos políticos en un intento
de buscar a la persona idónea que pueda formar Gobierno, como señala la Constitución. Por
lo tanto, cada líder político que asiste a despachar con el Rey debe dar su
opinión sin necesidad de tener que esperar a que el Rey pregunte. Un diputado
en ejercicio no debe ser un convidado de piedra. Y no veo yo, por lo que
muestran los medios informativos, que tales diputados den taconazos prusianos
ni inclinen la cabeza ante el Rey como dice el plumilla que se practica en los
entierros. Ya está bien de decir chorradas.
martes, 19 de enero de 2016
José Luis Martín Rodríguez
José Luis Martín
Rodríguez, antiguo docente en el Instituto
Santísima Trinidad de Baeza, es un ciudadano que colabora en El Correo de Zamora y habitualmente
expresa sus consideraciones en la sección de Opinión de ese diario. Pero esas consideraciones más parecen arbitrajes
que otra cosa. Y José Luis Martín Rodríguez, que hace bien en exponer
públicamente aquello que estima pertinente, señala hoy bajo el epígrafe “La falta de previsión, causa de leyes
imperfectas”, que la falta de previsión, por ejemplo, fue consecuencia de
la respuesta del sabio Solón, cuando le preguntaron por qué en
su ley no prevenía castigos para quien matara a un progenitor. Éste respondió:
“Porque no he creído que se pueda dar el caso de que alguien asesine a su
padre”. Un poco más adelante, en referencia a la ley que prohíbe fumar en las
cafeterías dice que “es muy saludable encontrarse con un ambiente incontaminado
en tales locales; pero quienes habitamos en lugares muy concurridos los fines
de semana (por ejemplo) experimentamos una incomodidad muy respetable, al no
poder circular por la acera de cerca de cuatro metros; o los que han de
soportar el humo de su vecino en la cola de espera para el autobús. Uno piensa:
si no quería respirar humo en la cafetería, tenía en mi mano la solución: no
entrar en ella; pero no poder circular por la acera de mi calle o fumar
involuntariamente cuando espero un autobús, cuando ambas cosas son necesarias,
me parece inadmisible. Con lo fácil que hubiera resultado evitar todo eso
formulando la ley con estas sencillas palabras: "prohibido fumar fuera del
propio domicilio"; o, en el mismo domicilio y fuera, cuando hay un bebé
cerca”. Y cierra su comentario con el “raro” juramento del honorable Carles Puigdemont, al no hacer referencia
al Jefe del Estado ni a la Constitución. “La
imprevisión ha motivado –señala Martín- que el presidente del Gobierno haya de
encomendar a la Abogacía
del Estado que estudie ver si la aceptación fue nula; y en caso afirmativo,
acudir, una vez más, al Tribunal Constitucional. ¿Cuánto tiempo llevará todo
eso?”. Y para finalizar, y ahí le duele, Martín se echa las manos a la cabeza:
“Y algo parecido tenemos en el cisco de formar gobierno en España. ¿Por qué, en
tanto tiempo como se ha venido hablando de ello, el partido, que ha tenido
mayoría absoluta en las Cortes, no propuso a las mismas la aprobación de una
Ley que prescribiera que debía asumir el Gobierno el partido más votado? Falta
de previsión”. En fin, al señor Martín, tan sufridor él, le recomendaría que,
antes de acostarse, tomase una tila; rezase
eso de “Jesusito de mi vida…” por la conversión de los diputados de Podemos,
que los fumadores sólo puedan fumar
“ideales” a escondidas dentro de su casa; y para que Rajoy pueda gobernar con mano firme en una España grande a base de
decretos-leyes, como ha hecho en casi toda la X Legislatura. Seamos
serios: si el rojerío lleva rastas, se presenta en la Cámara con un lactante que
va de mano en mano por el hemiciclo, se ducha poco y no reza el rosario en familia,
son diputados imperfectos. Y unos diputados imperfectos nunca podrán sacar
adelante leyes perfectas. Y eso no se puede tolerar.
La estética de lo grotesco
Hoy en El Mundo, Luis María Anson
ha aparecido en su “Canela fina” muy
inspirado con sus evocaciones a Francisco
de Quevedo. “En el nuevo Congreso de los Diputados, los jóvenes rastafaris
de Podemos –señala Anson- parecen decir a los veteranos del PP y del PSOE lo
que Plutón a los aristócratas en la
sátira quevedesca: “Toda la sangre, hidalguillo, es colorada, parecedlo en las
costumbres”. (…) ”El pueblo español contempla el espectáculo de la clase
política, en el esplendor de su radiante mediocridad. Durante las últimas
semanas los políticos nos han conducido al esperpento. Resulta ya claro para
todos que el régimen de la
Transición se ha agotado. Asistimos a la descomposición del
sistema y estamos en la frontera de las zahúrdas de Plutón”. No cabe duda de
que en la época de Quevedo hubo políticos muy corruptos, como el duque de Lerma o el conde-duque de Olivares. Quevedo
utilizó la sátira, “que debe marcar sin hacer sangre”. “Y la risa -como contaba
Bajtín- nunca pudo oficializarse,
fue siempre un arma de liberación en las manos del pueblo”. Rajoy dice tener su fórmula de
Gobierno, el nuevo bálsamo de Fierabrás,
pero no convence a nadie. Como indica Ana
Pardo de Vera en Público, “el
presidente en funciones ironiza sobre quienes se quejan de la situación
económica al mismo tiempo que llegan a España 70 millones de turistas”. Y Rajoy
remata su faena con esta capa revolera: “A lo mejor vienen obligados”. Como
puede observar el lector, esa es la verdadera estética de lo grotesco. En este
país de cornudos, alguaciles, vírgenes, celestinas y traidores a la patria,
todo vale. Cuando yo era niño, en la prensa
anunciaban cursos por correspondencia para saber hacer radios (recuerden
aquella Radio Maymo) o aprender
taquigrafía en siete días. Ahora no. Ahora, digo, lo que prima es saber cocinar
y hacer algún máster en turismo y restauración, o sobre protocolo y cómo
organizar eventos. España es un país de calimocho, camareros y chiringuitos
playeros. Y debemos convertirnos en titiriteros para que los turistas no se
aburran. David Trueba cuenta en El País, (en referencia al Edificio
España y la “espantá” del chino Wang Jianlin, que se lo había comprado al Banco Santander en 265
millones, en junio de 2014, al no permitirle el Ayuntamiento que preside
Carmena hacer su albedrío) que
“Madrid aspira a degradar su almendra central como lo ha hecho Barcelona en la
última década, transformando avenidas tan cruciales para su carácter como el
Paseo de Gracia y las Ramblas en un desfile de franquicias cuya finalidad es
ordeñar al turista y espantar al vecino local, ese estorbo”. Y así nos luce el
pelo.
lunes, 18 de enero de 2016
¡Más madera!
La noticia de hoy, como viene reflejado en Heraldo de Aragón, es que “un coche
fúnebre choca con 6 árboles en Puerto Venecia”. Va a ser cierto eso de que el
tercer lunes de enero es el más antipático de todo el año. El diario aragonés
sigue diciendo que “nadie ha resultado
herido”. Hombre, si el conductor está ileso, ya está todo dicho. La vitrina del
furgón no llevaba muerto en su interior, con lo que tampoco le distraía dándole
conversación. Por otro lado, Público señala
que “el rey Juan Carlos olvida el
juicio a su hija en una lujosa fiesta en Florida. ¿Qué otra cosa puede hacer el
anterior monarca? Yo creo que intuye que a su hija se le aplicará la doctrina Botín y quedará libre de
cargos. Rajoy, en entrevista de Radio Nacional de España, dice no saber
nada del borrado de los discos duros de Bárcenas.
Y Suecia, haciéndose el sueco, retira su apoyo al Sahara para que Ikea se instale en Casablanca. Eso ya lo
hace España desde hace 40 años, que mira para otro lado, para que le dejen
pescar en aguas marroquíes. Ya lo dice José
Oneto: “El peligro es que todo -se refiere a lo que está ocurriendo en
España- es que pueda terminar como el rosario de la aurora”. Lo que no acabo de
entender es la postura de un agotado Rajoy, que no lleva intención de abandonar
y dejar campo libre a otra persona del PP. No lo entiendo.
domingo, 17 de enero de 2016
El huevo aparte, con muchas papas
Personalmente, cuando alguien me recomienda la novela de un
pariente suyo, que según me cuenta escribe muy bien, procuro que me preste un
ejemplar para leerlo. Y cuando tengo el libro entre las manos, si es que me lo
deja, que comprarlo no lo compro, de inmediato me voy a la página 100 de ese
trabajo por ver qué cuenta. Un día, con ocasión de la presentación de la obra Viajando con Alirio, me contó Alfonso Zapater que escribir una novela
es agotador, que las 100 primeras páginas salen como churros pero que las
siguientes cuestan más trabajo. Eso se arregla pronto, le dije. Dedícate a
escribir cuentos o artículos de prensa. Decía Umbral que el artículo de periódico es una loncha de la escritura
general y total de uno.
--Oiga, ¡y dónde escribió eso?
--En la página 100 de su novela Pío XII, la escolta mora y un general sin un ojo.
--No lo sabía.
--Yo tampoco.
--Oiga, ¿y un cuento es otra loncha?
--Sí, también.
--¿Y un ensayo?
--Hombre, eso ya…
Don Babil Escalante hace
muchas preguntas, pero a mí no me importa que las haga. Es una obra de caridad
enseñar al que no sabe. Lo malo no es eso, lo malo es que don Babil Escalante, entre pregunta y pregunta
llame al camarero, solicite otro vermú con sifón y se coma varias gildas por todo el papo. Nunca paga lo
que consume. A la hora de marcharnos, cuando hay que liquidar la cuenta
pendiente al camarero, siempre desaparece en escena. Se esconde en el cuarto de
baño y no vuelve a salir de su refugio hasta que supone que ya me he marchado.
Y entonces, cuando con resignación comprendo que me va a tocar pagar la nota un
día sí y otro también, me acuerdo de José
Antonio Garmendia, que en su librito La
taberna de El Traga hace referencia a Francisco
Rodríguez Cala, conocido en Sevilla como Paco Nevera, que aparecía casi a diario –dice Garmendia- por esa
taberna “siempre abastecido con un suceso que contar, a él acaecido en otra
parte”. Y señala Garmendia (lo transcribo de forma resumida) que “estaba Paco
tomando una copa en Los Corales
esperando a alguien. En un instante se percató de la presencia de un ‘canino’
que rondaba la puerta del bar, echando furtivos vistazos al interior, en acecho
de un conocido generoso al que sacarle la ‘convidá’. El ‘canino’ entra en el
bar, como distraído, se dirige a Paco, etcétera… Tras unas palabras de
cortesía, el ‘canino’ aprovecha para
pegarle un repaso visual a las tapas”. Y Paco le invita tomar algo a Padilla, que así se llama el conocido
gorrón. Padilla desea tomar lo mismo que toma Paco, un portofiz, combinación de vermú y ginebra, mezclada con un huevo.
“Y cuando el camarero se retira a apañar el bebedizo, ese Padilla le llama para
hacerle una advertencia, no sé si más graciosa que triste o más triste que
graciosa.
--Maestro, la ginebra y el vermú me los pone usted en un
vaso, pero el huevo me lo trae aparte, con muchas papas”.
sábado, 16 de enero de 2016
Sobre ranas, escorpiones y bichos
Señala Pedro Simón
en El Mundo que “hay piojos y piojos.
A mí particularmente me preocupa muy poco el pelo que tenga cada cual o lo que haga con el
suyo propio. A mí lo que me preocupa es que nos lo sigan
tomando”, al hacer referencia a que “hay más de 3.200 tipos de piojos. Están
los piojos masticadores y los pijos chupadores. Los piojos del elefante y los
de las aves. Los piojos de la cabeza y los de la entrepierna. Los piojos de la
comunidad de vecinos y los del trabajo. Los piojos del banco y los piojos de
diputado”. En efecto, creo que Celia
Villalobos, esa vicepresidenta del Congreso con aspecto de señora de la
limpieza que no fue capaz de terminar la carrera de Derecho, se ha pasado siete
pueblos con las rastas de Alberto
Rodríguez. Lucía Méndez, en el
mismo diario entiende que los de Podemos “encarnan el fracaso de la política
convencional”. (…) “Los 5.189.333 de españoles que les votaron lo hicieron
porque los que sí cumplen el protocolo les fallaron de forma estrepitosa,
triste y dolorosa”.Lo de Antonio Burgos, ayer, en ABC de Sevilla, ya es de juzgado de
guardia: “Han pixelado la carita del niño [refiriéndose al niño de Bescansa] en aplicación de la Ley del Menor. Una chuminá. A
quien había que aplicarle la Ley
del Menor es a la madre, por maltrato infantil: hacerle a la criatura la
perrería de llevarlo a las Cortes para montar el numerito, y dejarnos de
pixelerías. Pixelar, saben, es poner la cara a cuadritos de quien no quieren
que identifiquemos en la foto: un menor, un agente de la autoridad. Pero la
cara a cuadritos, completamente pixelada, se nos ha puesto a los votantes, al
ver cómo la mugre, la gentuza, la chusma, las raftas [sic], los Código Tres y
las hordas podemitas han tomado en el Congreso. El número ha sido como lo de Pavía, pero sin caballo. O como lo de Tejero, pero desde las urnas. Un
golpe.” Burgos, que es un hombre leído, aunque sólo haya leído a José María Pemán y a Manuel Machado (a su hermano Antonio no, que era del otro bando)
dice “raftas” a las rastas, es decir, a esas trenzas enmarañadas
características de los rastafaris, el movimiento espiritual que nació en
Jamaica en la primera mitad del siglo XX. Pero a Burgos, que sólo sabe de la
cultura del Caribe que La
Habana es Cádiz con más negritos, habrá que hisoparle con
agua de la pila de la Virgen del Cobre y, tras leerle la fábula de El escorpión y la rana atribuida a Esopo, dejarle que siga escribiendo lo que guste. El gusto es suyo. Como dijo el escorpión a la rana: “No he tenido elección: es mi
naturaleza”.
viernes, 15 de enero de 2016
El olor y la política

miércoles, 13 de enero de 2016
La Teoría del Trineo

martes, 12 de enero de 2016
No se pueden pedir peras al olmo
La
Abogacía del Estado revisará si Puigdemont incurre en infracción por el hecho de no haber acatado la Constitución durante
su promesa para ser investido hoy como nuevo president de la Generalitat.
En efecto, el muy honorable President ha prometido servir a Cataluña y a los catalanes, que no
es poco. Puigdemont ha pasado por alto a la Constitución y al Rey como había costumbre de hacerlo
hasta ahora. Pero, según se desprende de tal proceder, y a buen entendedor con
pocas palabras bastan, ello puede ser el principio de algo que puede terminar
sentando “jurisprudencia”, de repetirse en posteriores investiduras, pongamos
por caso en Euzkadi. Que yo sepa, en el Parlament
tampoco estaba presente la bandera española, ni dentro ni fuera. Sólo la señera
de Cataluña, tradicional de los reyes de la Corona de Aragón; que, curiosamente, era
antiguamente usada únicamente por el rey, como expresión de su soberanía desde
los tiempos de Alfonso II, rey de
Aragón y conde de Barcelona. Una bandera que tiene su origen en la leyenda de Wifredo el
Velloso (último conde de Barcelona) y los dedos de sangre. Esta
leyenda narra que el señal real de los cuatro palos fue creado después de una
batalla contra los normandos, cuando el rey de los franceses mojó su mano en la
sangre de las heridas de Wifredo y pasando los cuatro dedos por encima del
escudo dorado del conde de Barcelona le dijo: --Estas serán vuestras armas,
conde”. Esta leyenda al parecer no se sostiene, ya que en las Crónicas de los reyes de Aragón y condes de
Barcelona existe una miniatura que representa a Wifredo de Ria (padre de Wifredo el Velloso) llevando un escudo
barrado, que debió sustituir tiempo atrás a la Cruz de Iñigo
Arista. Curiosamente, hace ahora 84 años de la izada de la bandera tricolor
(II República) en el Ayuntamiento de Éibar. Sin embargo, si bien es cierto que
la bandera tricolor se utilizaba en los casinos republicanos, hasta el decreto
de aprobación de esa bandera como de ámbito nacional el 27 de abril de 1931, se
utilizaba la bandera de Aragón y Cataluña. Aquel decreto dejó las cosas claras.
Faltó rigor histórico cuando se añadió el color morado. No se acertó a
representar correctamente el color del Pendón
de Castilla, que en realidad era rojo carmesí. Cosa distinta es que se
tomase, quiero pensar, el color morado de la bandera de los Hijos de Padilla, utilizado por los
Comuneros. La Abogacía
del Estado, y a eso iba, que es parte defensora de la Agencia Tributaria
en el juicio que ayer comenzó en un juzgado de Palma de Mallorca contra Torres, Urdangarín, la infanta y
otros presuntos corruptos; y el fiscal Horrach,
que más asemeja al abogado defensor de la infanta que otra cosa, deberían saber
que “Hacienda somos todos” los
españoles y evitar defender lo indefendible. Intentar aplicar la doctrina Botín a la hermana del Rey para
que ésta (supuestamente colaboradora necesaria) pueda, también supuestamente,
marcharse de rositas, parece un atentado contra a la inteligencia. Que yo sepa,
el Ministerio Fiscal es un órgano público instituido por el Estado para el
ejercicio del “ius puniendo” y su
ejercicio, en consecuencia, debe estar centrado en la acción penal en defensa
de los intereses de la colectividad. La Abogacía del Estado, por otro lado, podrá revisar
lo que se le antoje sobre el no acatamiento a la Constitución y el
hecho de haber pasado por alto al Rey por parte de Puigdemont, en su promesa
como presidente de la Generalitat.
Mal se le puede pedir ese acatamiento a alguien, como es su
caso, que aspira a la ruptura de Cataluña con España y a convertir esa región
en una República como forma de Estado. No se pueden pedir peral al olmo. Los
abogados del Estado harían bien en defender lo que es de todos, sin fisuras. Y
aquí hay tajo.
lunes, 11 de enero de 2016
El profeta Negroponte
Nicholas Negroponte,
que ya acertó cuando predijo en 1984 cómo iba a ser nuestro próximo futuro
merced a los ordenadores, las pantallas táctiles y todas esas zarandajas, sale
ahora diciendo que “la mejor manera de llegar a nuestro cerebro es a través del
torrente sanguíneo con nanorobots,
así que podremos aprender idiomas con tan sólo tomar una pastilla”. Hombre, ¿y
porqué no se podrá aprenderse todo el temario de oposición a Abogacía del
Estado en una sola toma? Ya puestos… En fin, si lo dice Negroponte habrá que
creerle. Mi duda está en si tal pastilla deberá tomarse por vía oral después
del desayuno, durante la comida o antes de la cena. Sobre eso de poseer don de
lenguas, ya Saulo de Tarso, Pablo el Jockey para los amigos, en su Primera epístola a los corintios hacía
referencia a ese tipo de cosas. Y en los Hechos
de los Apóstoles se cuenta que aquel don, transmitido por el Espíritu Santo a los apóstoles
cincuenta días después de resucitar Cristo y coincidiendo con la
Pascua judía de Pentecostés mediante unas lenguas de
fuego, cesó con la muerte de éstos, en el siglo I. Claro, por aquel entonces no
existía la pastilla del profeta Negroponte y se comprende que con la muerte de
cada uno de los apóstoles se fuese también fundiendo el disco duro del
poliglotismo existente en su colodrillo. Pero pronto será distinto, si se
cumple la profecía de Negroponte. Lo que ya no sabemos es qué idioma podrá
aprenderse, si latín, alemán, sueco, ruso o catalán, por citar algunos de
ellos. Porque para aprender chino, es un suponer, será necesario tomarse varios
tubos de pastillas. Y para aprender gallego y poder cantar aquello de “Se queres trocar con agua. / Se queres
trocar troquemos/ estes meus ollos gallados/ polos teus que son morenos”,
bastará con un cuarto de pastillita disuelta en una cuchara con agua. Es decir,
todo irá en consonancia con la dificultad de idioma deseado. Tampoco sabemos si
tales pastillas entrarán en el petitorio del SOE, que en el del PSOE seguro que
no entrarán hasta que ese fármaco contra la estulticia no sea genérico. Más
adelante hasta podría ser que
apareciesen grageas para otras cosas, verbigracia, aprender a tocar el
bombardino, escribir mediante pictogramas como hacían los sumerios con
tablillas de arcilla húmeda, saber hacer
encaje de bolillos, o bailar el Bolero de
Algodre con la maestría que lo hace vestida de viuda rica una conocida mía,
Oriana, como el personaje de Amadís de Gaula, residente en Villamor
de Laladre: “El que baile bolero, / tenga
cuidado, / ay, ay, ay”, o sea. Yo,
que sólo conozco la legua de Cela,
espero hacerme con un pastillero clasificador para conocer lo que debo tomar,
en qué dosis y a qué hora, que esas cosas de estar al cabo de la calle hay que graduarlas
concienzudamente. Y, cómo no, procurar no tomarlas caducadas, que nunca se sabe
lo que puede ocurrir, así como leer el prospecto con la posología y los efectos
secundarios, no vaya a acontecer que aprenda a decir en inglés “mi tío es
sastre”, es decir, “my uncle’s tailor”,
o algo parecido, y se me olvide la tabla de multiplicar.
sábado, 9 de enero de 2016
Elogio de la tiendecilla de barrio
En Sevilla, según cuenta Antonio Burgos en ABC de
Sevilla, se denomina “tienda de desavío” a ese pequeño colmado que existe
en todos los barrios de las grandes ciudades y que te sirven un paquete de sal,
o de azúcar, o una botella de aceite, o una lata de sardinas a las horas y días
en los que todo está cerrado, excepto las tiendas de los chinos, que no sé
cuándo descansan. Lo que sucede es que las tiendas de los chinos venden otro
tipo de adminículos, pero no comestibles ni frutas. Cuenta Burgos: “y para que
en este punto no falte nuestro habitual palito a la burra al desprecio del DRAE
por Andalucía, digamos que los académicos de la RAE se ve que no viven en Sevilla, ni han
comprado nada un domingo en un desavío, porque únicamente dan una definición
para esta palabra tan nuestra: "And.
Trastorno producido a alguien." Pues miren ustedes, excelentísimos
señores: los desavíos son precisamente todo lo contrario de lo que ponen en el
DRAE. Gracias a los desavíos no hay trastorno alguno en casa cuando echamos en
falta algo con las tiendas ya cerradas o se nos olvidó de comprar el pan”.
Cierto. Las tiendas de desavío evitan que debamos tocar el timbre de la puerta
de la vecina para pedirle una miajita de aceite, algo de sal y un par de huevos
para hacer una tortilla. Ahora, con los vecinos casi no tenemos amistad y sólo
nos saludamos si coincidimos en el rellano al abrir la puerta. ¡Cualquiera se
atreve a pedirle a la vecina casi
desconocida un poco de algo! Yo, desde luego que no me aventuraría a hacer la
prueba. Por eso digo que los colmados de barrio, o las tiendas de desavío, como
las llama Burgos, cumplen una función social de primer orden. El trastorno se
produce cuando en la tiendecilla no queda pan del día ni existe lo que
demandamos ni nada que se le parezca. Entonces sí que va acertado el
Diccionario el RAE. Porque irse a la cama sin haber echado algo a la andorga,
más que trastorno produce el desavío del insomnio y se hace la noche muy larga.
Sarna con gusto, no pica

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