Esta misma mañana, Melchor
Miralles contaba en República.com
que “hay mucho movimiento. Nada se puede dar por cerrado. Pero Rajoy está al borde del abismo, y con
Rajoy un Partido Popular repleto de cobardes que con su silencio cómplice han
posibilitado este drama para el centro derecha. Si se consuma la tragedia van a
tardar un rato en recomponerse. Por la mala cabeza de Rajoy y el miedo
insoportable de sus mariachis”. Y esta misma tarde, hace un rato, la Casa del Rey ha confirmado que
Rajoy declina la propuesta del Rey de someterse a la investidura. Y le ha
faltado tiempo a Pablo Iglesias para
ofrecerse a Sánchez en un Gobierno
de coalición con él de vicepresidente y Errejón
como ministro de no sabemos qué cartera. Todo ello a pesar de que hoy, también,
Óscar López, portavoz del PSOE en el
Senado, haya asegurado que “su partido no va a hacer un Gobierno apoyado y
defendido por fuerzas independentistas”. Y el diario ABC señala que la situación actual es muy parecida a la que hubo en
España en 1934. ¡Toma ya! Aquí ha quedado claro que Sánchez renuncia a sus “principios esenciales” con tal de ser
inquilino de La Moncloa,
aunque sólo sea, como mucho, por dos años. Tiempo le pido al tiempo… De la
corrupción, con el suma y sigue, sólo ha aforado un poco de lo que se espera
que aflore. Lo último, la dimisión del subsecretario de la Presidencia con el
tema de Acuamed, que ya veremos en
qué queda. Y esas cosas acontecen ahora, cuando la vicepresidenta Sáenz
de Santamaría cambiaba de imagen (con unas gafas horripilantes más propias
del Coyote) y al tiempo en que
España protestaba ante Venezuela por los
insultos de Maduro a Rajoy, al que
ha llamado racista y colonialista entre otras lindezas. Jesús Cacho, en Vozpópuli
avisa de que “si en los próximos días Podemos llega al convencimiento de que
puede dar el sorpasso y convertirse en fuerza hegemónica de la
izquierda española yendo a nuevas elecciones, Pablo tapiará las ilusiones de Pedro
e iremos a esa segunda vuelta electoral sin remisión. En caso contrario, la
saga fuga de Sánchez podría hacerse realidad con un Gobierno que sería un lío
en sí mismo, un caos, un revoltijo que podría costarle la hijuela no al PSOE,
que también, sino al país, porque el apoyo de los nacionalistas catalanes de
ERC y de CDC podría valer el precio en oro de la definitiva ruptura de España”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario