David
Bollero, en Público,
en su artículo “Vivir a cuerpo de rey”,
escribe a propósito de la subida que el Ejecutivo tiene prevista para el
mantenimiento de la Casa Real, en torno al 6,9%, equivalente a más de medio
millón de euros. “El Gobierno –escribe Bollero- ha debido de entender que la
Familia Real no puede perder poder adquisitivo, que la vida está muy achuchada
y el rey no puede pasar hambre. Es imposible que nadie en este amplio Ejecutivo no
haya deslizado el revuelo que se iba a armar, toda vez que la Corona española y sus
escándalos han sido y son el hazmerreír de Europa. Y como es imposible, la
conclusión es que esta subida forzada y
gratuita del presupuesto real es, hablando en plata, un escupitajo en la cara
de esos millones de, no digo ya republicanos, sino demócratas que, al menos, reclaman la restauración del derecho
sustraído a poder decidir”. (…) “Hoy es un buen día -continúa
escribiendo Bollero- para recordar a esos millones de pensionistas, a los
especialmente enamorados de los Borbones, que mientras que a ellos no les subirá la pensión ni siquiera
un 1%, a Casa Real se le subirá casi siete veces más, porcentualmente hablando”. Mientras esas cosas suceden, la prensa de la
derecha sigue insistiendo a sus lectores en que el Gobierno de Sánchez pretende cargarse la Monarquía.
Da lo mismo que una buena parte de la ciudadanía esté a punto de la
desesperación por su falta de recursos para poder llegar a fin de mes. Importa
un bledo, según se desprende, de que muchos niños no puedan hacer tres comidas
diarias. Los componentes de este Gobierno, incluido el esperpéntico vicepresidente del moño, parece
que fuesen todas las mañanas, antes de acudir a sus respectivos despachos, a
mirarse de cuerpo entero en los espejos deformes del madrileño callejón del
Gato. Y eso, ¡qué quieren que les diga!, siempre produce un raro escalofrío en
las personas decentes.
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