sábado, 3 de julio de 2021

Azúcar blanquilla

 



El idiotismo, como figura retórica, es una expresión gramaticalmente incorrecta o que por su forma carece de sentido, como decir “a pies juntillas”. En este sentido, siempre me llamó mucho la atención la feminización del sustantivo azúcar, más todavía si afirmo que nací en el entorno de una azucarera ya desaparecida. Como digo, siempre me pareció incorrecto algo que leía en los paquetes de azúcar, donde ponía: “Azúcar blanquilla”. Con el tiempo descubrí que las dos opciones para ese sustantivo pueden ser válidas: “el azúcar” o “la azúcar” y que para el femenino es excepcionalmente válido usar el “azúcar blanca” pese a no comenzar por “a” tónica. Es decir, que se acepta por razones de sonoridad. Pero existen unas reglas.  Es necesario que a los sustantivos que empiezan por “a” o “ha” tónica (la que lleva el acento) les debe preceder el artículo “el” en vez de “la”, siempre que se den las siguientes condiciones: que el artículo vaya inmediatamente delante del sustantivo; que ese sustantivo pertenezca al género femenino y esté en singular; y que ese sustantivo comience por el fonema “a” o “ha” tónico; v.gr. “agua clara” o “hacha afilada”  (Diccionario Panhispánico de Dudas).  En el caso de “por la puente, que está seco” se dan circunstancias distintas.  El sustantivo “puente” es en la actualidad de género masculino aunque durante mucho tiempo (Edad Media y parte del Renacimiento)  se usó en femenino. Así puede verse, por ejemplo, en el lema del  escudo de la ciudad de Cieza (Murcia): “Por cruzar la puente nos dieron la muerte”, en referencia a los sucesos del 6 de abril de 1477, cuando las huestes moras de Abu-l-Hassan  llegaron a Cieza cruzando el río Segura y se batieron en feroz combate contra los defensores de la ciudad comandados por Pedro Fajardo, en medio de una epidemia de peste.

 

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