viernes, 2 de julio de 2021

Diasirmo

 

Recuerdo cuando Mariano Barbacil, a propósito de las donaciones de máquinas oncológicas hechas por Amancio Ortega en 2019  a diversos hospitales españoles, señaló que “ojalá hubiera más mecenazgo en España para la sanidad y la investigación pública”. No cabe duda, pero antes de ello sería necesario habilitar el personal necesario para el complejo manejo de los aparatos donados. Esas mercedes, como digo, tuvieron en su día reacciones encontradas. La pandemia de coronavirus sacó a flote la falta de personas expertas en la sanidad pública. Muchas situaciones no deseadas tuvieron que improvisarse sobre la marcha de los acontecimientos dando palos de ciego. Un día se decía una cosa, otro día, otra…;  lo que añadía confusión a una situación delicada y sobrevenida. El diasirmo es una figura retórica que consiste en denostar a alguien mediante una ponderación simulada. Lo pudimos comprobar en la prensa de aquellos días.  En eso, en el diasirmo (como pudimos comprobar, también,  durante muchos años con todo lo que hacía referencia al Rey emérito y los silencios elocuentes de aduladores, lametraseros y estómagos agradecidos) los españoles somos maestros. Señalaba  Tomás Iriarte en un cuarteto: “El señor don Juan de Robles, / con caridad sin igual, / hizo hacer este hospital; / pero antes hizo  los pobres”. En consecuencia,  encuentro formidable que  Amancio Ortega hiciese donaciones a hospitales españoles que ayudaron, supongo, a paliar dolencias en unas UVI saturadas de desahuciados. Pero, ¿cuánto paga Inditex a aquellos hombres y mujeres, que realizan trabajos casi de esclavitud en países subdesarrollados, por la confección de unas prendas que más tarde se venden en lujosas tiendas europeas con franquicias de Zara? Que a mí me conste, Inditex dispone de 7.210 plantas alrededor del mundo de forma no exclusiva, que producen sus diseños. Y el 95% de todo lo que se vende está fabricado en solo 11 países además de España: Portugal, Marruecos, Turquía, India, Pakistán, Vietnam, Brasil, Argentina, Bangladés, Camboya y China. Si alguien lo pusiera en duda, sólo tendría que mirar sus etiquetas. ¿Bajo qué condiciones? Se da la paradoja de que, mientras en España se hacen donaciones de material médico que se desgravan de los impuestos, como decía, la producción en los países asiáticos abarata la mano de obra y sus trabajadores malviven en condiciones de mucha pobreza y bajo condiciones sanitarias y de seguridad  inadecuadas. No sé si me explico. No sé si me entienden. El diasirmo, como decía, es una figura retórica que mediante la ironía del orador se humilla la vanidad del oponente. Tomás de Iriarte conocía el paño sin haber trabajado para Amancio Ortega. Lo juro, oiga.

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