lunes, 19 de julio de 2021

Venecia se hunde, señora Calviño

 


Curioso. Los pediatras aragoneses están preocupados por los posibles contagios de niños en los campamentos veraniegos, al tiempo que los empresarios se desasosiegan por  el retraso y los criterios de reparto de los primeros 9.000 millones que esperan que lleguen de Europa como un maná. Temen que se pueda producir agravio comparativo entre los 17 virreinatos ahora existentes. Como dice el refrán: “cada loco con su tema” (recogido en 1605 en “La pícara Justina”). Calviño, desde Venecia, ya anunciado que la prioridad del Gobierno será la recuperación económica y social. En eso confiamos todos los españoles, pese a que el panorama sanitario asoma más negro que la sotana de un cura. Aunque la palabra “loco” hace referencia a aquel que ha perdido el oremus, en este caso concreto puede referirse al que está tan centrado en los intereses de parte que llega a perder el contacto con la realidad del conjunto. En cualquier cabeza cabe que la economía no se recompondrá mientras persista la pandemia. Los parches, en este caso económico y sobrevenido, solo ayudan a mantener tieso un sombrajo que se mantendrá en pie según sople el viento. En este país llevamos demasiado tiempo velando cadáveres equivocados entre gorigoris y esparcimientos de agua bendita, regüeldos, ventosidades, hipos, suspiros y flojera de tripas, con estupor en el semblante y sin propósito de enmienda. Los empresarios, grandes y pequeños, esperan que el maná europeo caiga del cielo como si se tratase de una aparición de santa Rosa de Viterbo en plena noche morada. Mientras se obra el milagro, siguen contando el dinero negro que guardan en el oculto fondo de una vitrina repleta de plata meneses y alimentando al yacaré. Algunos, hasta tratan de enseñarle idiomas.

 

No hay comentarios: