martes, 27 de mayo de 2025

¡Cómo han cambiado las cosas!

 

 


Tengo sobre mi atril el número 180 de Cambio 16 correspondiente al 25 de mayo de 1975. Ya ha pasado medio siglo. Señala la revista semanal que se esperaba la inminente llegada del presidente norteamericano Gerald Ford a España y se comentaba uno de los problemas que más preocupaba a Washington, la situación bases de utilización conjunta en nuestro territorio y la posible entrada de nuestro país en la OTAN. Mientras, el secretario de Estado Kissinger comentaba al ministro británico Wilson, de visita a EEUU, el mismo asunto. El inglés se opondría mientras en España no se adoptase una forma más democrática de gobierno. Pero por estos pagos sucedían oras cosas. El entonces director de Cambio 16, Manuel Velasco, desde octubre de 1974 había tenido que presentarse ocho veces ante el TOP por diversos artículos aparecidos en su revista. Pero el mayor nerviosismo del Gobierno, quizás, estaba relacionado con la presencia de Juan de Borbón en Palma de Mallorca y la comida con su hijo Juan Carlos en el ‘Club de Mar’, como reflejó Diario de Mallorca. Ignacio Camuñas, editor de la revista Guadiana, que había subido a bordo del barco ‘Giralda’ y entrevistado a Juan de Borbón no tuvo empacho en referirse posteriormente al espinoso tema de la sucesión en la Jefatura del Estado. Escribió Camuñas: “Si se plantea la operación sucesoria en vida de Franco, esta sucesión ha de ser total y sin ninguna reserva de poder. En concreto se ha hablado de que Franco seguiría siendo jefe del Movimiento Nacional, generalísimo de los Ejércitos y caudillo de España por la gracia de Dios, mientas que el sucesor asumiría el papel de jefe del Estado”.  Para Camuñas eso equivaldría a mantener al entonces príncipe de España en situación de libertad vigilada, como había ocurrido hasta el momento. Terminaba señalando Camuñas que “si la situación no implica para el futuro rey la titularidad de todos los poderes que le otorgan las leyes y, por tanto, la jefatura de las Fuerzas Armadas, es mejor que no se produzca”. Al final pasó lo que pasó, o sea, que el advenedizo monarca, al que la derechona más casposa ya había bautizado como Juan Carlos el Breve, y que tuvo que tragar sapos y culebras siendo no el sucesor sino un don Nadie, asumió el 22 de diciembre de 1975 todos los poderes que tuvo el sátrapa en vida. Su frustrado padre, Juan de Borbón, hasta el 14 de mayo de 1977 no renunció oficialmente a sus derechos dinásticos. Nunca pudo llegar a ser para la historia Juan III por mucho que su cadáver  sea depositado cuando salga del pudridero en la Cripta Real de El Escorial con ese rimbombante “nombre artístico”. Juan de Borbón, el 25 de agosto de 1948 se entrevistó con Franco en el yate ‘Azor’ anclado en el golfo de Vizcaya.  El aspirante al trono había acudido a esa entrevista a bordo del balandro ‘Saltillo’. Allí se tomó la iniciativa de su hijo viniese y fuese educado bajo la tutela del dictador. En julio de 1969, tras la decisión de Franco de nombrar a Juan Carlos sucesor, se le hizo llegar a su padre una sucinta carta:

“Mi querido Infante: en cumplimiento del articulo sexto de la ley de Sucesión, tomo la decisión de proponer a las Cortes mi sucesor en la Jefatura del Estado en favor de vuestro hijo don Juan Carlos. Quiero comunicaros y expresaros mis sentimientos por la desilusión que pueda causaros y mi confianza de que sabréis aceptarlo con la grandeza de ánimo hereda de vuestro augusto padre,  don  Alfonso XIII”.

Según contaba Luis María Anson, presente en la lectura de la misiva por Juan de Borbón, al terminar de leerla dijo airado: “¡Qué cabrón!”. Horas después, Juan de Borbón, en plena rabiosa pataleta, exigió a su hijo la devolución de la ‘placa de príncipe de Asturias con la Cruz de la Victoria’. El 23 de julio de ese año, Juan Carlos juraba ante las Cortes Españolas los Principios del Movimiento Nacional y las Leyes Fundamentales, un andamiaje para entonces ya tambaleante de aquella sórdida y sanguinaria dictadura que desnudaba al futuro rey de la dignidad necesaria para tomar el relevo.

 

No hay comentarios: