jueves, 22 de mayo de 2025

Para epístolas, las de san Pablo

 

 

Se decía que Manuel Fraga llevaba el Estado en la cabeza. Y ayer por la noche, Felipe González,  en el programa de Pablo Motos, le cuenta a éste que ‘el mundo se le escapa de la cabeza’. Pero el expresidente acertó cuando le dijo algo de Perogrullo, o sea, que 'nadie es capaz de prever lo que va a pasar mañana, ni aquí, ni en Europa, ni a nivel internacional. Los únicos que tienen paciencia para verlo son los chinos que tienen 4.000 años de historia'. Y sobre el PP señaló su constante incongruencia: 'Por qué –dijo- se ponen de acuerdo en el Parlamento Europeo, y cuando pasan a España los mismos, no solo no se ponen de acuerdo, sino que están en desacuerdo incluso en lo que están de acuerdo'. Algo parecido a lo que se preguntaba una vez un viejo ferroviario amigo mío, Ciriaco Mijancos, fogonero de locomotora, que me dejó bastante pensativo: 'Por qué a la cama se le llama cómoda y a la cómoda le llaman cama, cuando es más cómoda la cama que la cómoda?'. En algo acertó Felipe González: 'La sociedad se está cabreando y eso es peligroso para la convivencia'. Y, por último, al referirse al crecimiento económico de España, González dejó claro que 'quien niega el crecimiento miente, y quien crea que ese crecimiento está generando mayor igualdad se equivoca o miente'. Repasemos la Biblia. (Corintios 8:2): 'Si alguien cree que conoce algo, todavía no lo conoce como lo debe conocer'. Ya saben, para epístolas, las de san Pablo. Pero no está en mi deseo entrar en el empirismo de la metodología cuantitativa ni en analizar extrapolaciones, esas poderosas armas para cuantificar datos subjetivos. Tanto Felipe González como mi viejo amigo, el fogonero  Ciriaco Mijancos, ven las cosas del color que se las pintan. Y así las cuentan.

 

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