miércoles, 9 de diciembre de 2015

Ni Rodolfo Llopis ni Felipe González





Ardo en deseos de que se cumpla la profecía de Nuria Oliver, la directora científica de Telefónica. Cuenta esa señora que “en el futuro será factible comunicarse con el pensamiento”. Para qué, ¿para disponer de información privilegiada? Pese a todo, ya digo que ardo en deseos de que ello se produzca para evitar, por ejemplo, tener que escuchar a Felipe González en Vicávaro diciendo en un mitin a favor del PSOE que “no os fiéis de quien asesora a Gobiernos como el de Venezuela”, en clara alusión a Pablo Iglesias y a Podemos. Y esas cosas las cuenta un Felipe González que veraneó siendo presidente del Gobierno en la isla Margarita cuando presidía Venezuela Carlos Andres Pérez, el mayor corrupto de todos los tiempos en América Latina. ¿Ya nadie recuerda el caracazo? Felipe González debería ser más prudente. Ese señor legalizó las empresas de trabajo temporal, a fin de crear empleo precario, recortó las prestaciones por desempleo, sufrió las primeras huelgas generales de la democracia, hizo una conflictiva reconversión industrial, durante su mandato tuvo lugar un uso irregular de fondos reservados destinados a la lucha antiterrorista y contra el narcotráfico, el caso Filesa, el fiasco de Luis Roldán, salió a la luz el terrorismo de Estado de los Gal… ¿Sigo? No. Mejor que aquel que esté interesado, busque en las hemerotecas. Felipe González, el de la puerta giratoria, debería ser más prudente, como decía al principio, y no atizar estopa al que todavía no es ni diputado, como es el caso de Pablo Iglesias. El PSOE va de capa caída. Y eso es un hecho evidente que constatan todas las encuestas. Aquí ya no sirve doblar el dedo índice sobre la ceja ni que aparezcan políticos amortizados en escena, como es el caso del otrora apodado Isidoro, para contarnos las bondades del socialismo renovado en Suresnes, el del puño y la rosa, ya tan enranciado a día de hoy como el histórico de la pluma y el tintero de Rodolfo Llopis que tanto odiaba Manuel Azaña. Yo no sé si debo fiarme de quien asesora –según Felipe González- a gobiernos como el de Venezuela. Pero seguro que no me fío de alguien como él, como Felipe González, que hace poco tiempo no veía mal una coalición del PP con el PSOE. ¿Acaso me equivoco?

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