Antonio Burgos,
en su artículo de ayer en ABC, además
de insultar a todo el que no piensa como él, confunde a Felipe VI con el Copríncipe
de Andorra. La figura de coprincipado está recogida en el Título III, de
los artículos 43 al 49 de la
Constitución del Principado de Andorra de 1993. Y corresponde
al presidente de la República Francesa
y al obispo de Seo de Urgel. Pero
Burgos tanto menea el incensario en defensa de un rey, el rey de España, que no
necesita de su defensa, que se marea con el humo del incienso. ¿Para qué tanta
coba? Porque sólo a un ahumado como él se ocurre decir: “A la chusma le molesta
que el Rey hable desde Palacio, desde la Historia de España, donde, en frase indeleble de Vázquez de Mella, ‘la
Monarquía tiene el respaldo del sufragio universal de los
siglos’. Quieren al ‘ciudadano Felipe de
Borbón’ en una VPO, vamos. (…) Pues nada: para esta chusma tricolor es
indecente que el Rey se dirija a todos españoles (incluidos ellos, mal que les pese)
desde ‘un símbolo de nuestra Historia’? ¿Eso es lo indecente? ¿Y no es
indecente cometer delito de perjurio contra la Constitución que
prometieron cumplir y hacer cumplir? Y la sedición continuada y por entregas,
¿no es indecente? Hombre, ya puestos en indecencias: ¿son acaso decentes esas
camisas negras que huelen a mugre y a sudorina hasta cuando las vemos desde el
televisor de la salita, que parecen el uniforme del partido y que todos llevan,
de Junqueras a Tardá? ¿Camisas negras? ¡Lagarto, lagarto! Camisas negras eran las
de uniforme que usaban los fascistas de Mussolini…”.
Por cierto, lo que dice que dijo Vázquez de Mella respecto a la Monarquía se me antoja
una solemne estupidez. Vázquez de Mella fue, entre otras cosas, carlista y
fundador del Partido Católico Tradicionalista, que celebró su primer acto
público el 11 de agosto de 1918 en el Casino de Archanda desde donde
propugnaba los ideales de tradición, catolicismo, patria y monarquía. Los
mismos rancios ideales que, según se desprende de su artículo de ayer, “VERDE y en Palacio”, propugna Burgos. Y pone la guinda al pastel: “!
Qué mosqueo han agarrado, Dios mío de mil alma, con la valiente defensa de la Unidad de España y de la
vigencia de su Constitución que hizo el Rey! Lo llaman "ciudadano Felipe
de Borbón". ¡Qué rancios! Eso suena a Pilar
Rahola y a su tinte rubio. O a Revolución Francesa, que es más antiguo
todavía. Que se chinchen los camisas negras, pero la mayoría nos quedamos con
el V.E.R.D.E. de Viva El Rey de España. Y en Palacio”. ¡Toma ya! A Burgos le
recordaría, otra cosa es que llegase a entenderlo, que gracias a la Revolución Francesa
el país vecino, o sea, Francia, es una
República laica que nos lleva años de adelanto.
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