Ardo en deseos de que se cumpla la profecía de Nuria Oliver, la directora científica
de Telefónica. Cuenta esa señora que “en el futuro será factible comunicarse
con el pensamiento”. Para qué, ¿para disponer de información privilegiada? Pese
a todo, ya digo que ardo en deseos de que ello se produzca para evitar, por
ejemplo, tener que escuchar a Felipe
González en Vicávaro diciendo en un mitin a favor del PSOE que “no os fiéis
de quien asesora a Gobiernos como el de Venezuela”, en clara alusión a Pablo Iglesias y a Podemos. Y esas
cosas las cuenta un Felipe González que veraneó siendo presidente del Gobierno
en la isla Margarita cuando presidía Venezuela Carlos Andres Pérez, el mayor corrupto de todos los tiempos en América
Latina. ¿Ya nadie recuerda el caracazo? Felipe González debería ser más
prudente. Ese señor legalizó las empresas de trabajo temporal, a fin de crear
empleo precario, recortó las prestaciones por desempleo, sufrió las primeras
huelgas generales de la democracia, hizo una conflictiva reconversión
industrial, durante su mandato tuvo lugar un uso irregular de fondos reservados
destinados a la lucha antiterrorista y contra el narcotráfico, el caso Filesa,
el fiasco de Luis Roldán, salió a la
luz el terrorismo de Estado de los Gal… ¿Sigo? No. Mejor que aquel que esté
interesado, busque en las hemerotecas. Felipe González, el de la puerta
giratoria, debería ser más prudente, como decía al principio, y no atizar
estopa al que todavía no es ni diputado, como es el caso de Pablo Iglesias. El
PSOE va de capa caída. Y eso es un hecho evidente que constatan todas las
encuestas. Aquí ya no sirve doblar el dedo índice sobre la ceja ni que
aparezcan políticos amortizados en escena, como es el caso del otrora apodado Isidoro, para contarnos las bondades
del socialismo renovado en Suresnes, el del puño y la rosa, ya tan enranciado a
día de hoy como el histórico de la pluma y el tintero de Rodolfo Llopis que tanto odiaba Manuel Azaña. Yo no sé si debo fiarme de quien asesora –según
Felipe González- a gobiernos como el de Venezuela. Pero seguro que no me fío de
alguien como él, como Felipe González, que hace poco tiempo no veía mal una
coalición del PP con el PSOE. ¿Acaso me equivoco?
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