jueves, 29 de noviembre de 2012

Caciques y gurriatos




El doctor en Filosofía don Pancracio Celdrán Gomáriz, en su “Inventario general de insultos” (Ediciones de Prado, 1995), diferencia claramente entre cacique y gurriato. Respecto al primero de ellos, Celdrán hace referencia a la persona listilla, que siempre quiere imponer su opinión. Respecto al segundo, adopta dos acepciones: cerdo pequeño y cría de gorrión, respectivamente. En ambos casos, don Pancracio los utiliza como términos insultantes. Otro autor, José Ruiz Guirado, nos recuerda en un espléndido artículo, además de lo que acabo de exponer, que don Manuel Azaña,  en  “El jardín de los frailes”, nos advirtió: “Normalmente los españoles somos poco propensos al libre examen, a valernos de nuestra razón personal…”. Todo lo que aquí manifiesto, viene a cuento con el informe bienal que ha hecho la OCDE, donde aparecen doce recomendaciones al Gobierno, tal y como ha expuesto un tal Gurría, no sé muy bien si cacique o gurriato,  todas ellas con un  buen fin, aunque no sabemos para quién; es decir, un detallado informe en el que la OCDE hace votos para que se acabe de una jodida vez la paciencia del pueblo soberano y que explosione con consecuencias imprevisibles esta olla exprés sin válvula de seguridad en la que se ha convertido el Reino de España. Las recomendaciones hechas por ese tal Gurría, no sé si cacique o gurriato, en el informe bienal de esa Organización son de gran calado y de un vergonzoso desprecio hacia los casi seis millones de ciudadanos que lo están pasando mal. Entre esas recomendaciones, se exhorta subir el IVA hasta el 21 % a más bienes y servicios; abaratar más aún el despido improcedente; hacer permanente la fiscalidad sobre los inmuebles; habilitar periodos más extensos para los contratos de formación (ahora pueden durar hasta los 30 años); y, lo que me parece más grave de todo: “se podría ahorrar en las pensiones de viudedad a futuro, dada la alta participación de las mujeres más jóvenes en el mercado de trabajo, de tal forma que la prestación se concentre en los casos de necesidad”; recomienda mayores subidas de precios en el recibo del agua para que reflejen más adecuadamente su coste; etcétera. Es un  informe, a mi entender, que anima más al desánimo de los ciudadanos en general que a sacar a España de su marasmo. Con recomendaciones de este estilo, a lo único que alienta la OCDE es a hacer una fogata en el interior de un polvorín. No es esto, no es esto.

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