Desde 1942, cuando Franco intentó
agradar a Hitler cambiando el huso horario, a nadie se le ha ocurrido
racionalizar tal desatino. Desde 1884, el meridiano de Greenwich quedó fijado
como referencia para establecer los husos horarios en todo el mundo. Como no
podía ser de otra manera, España se ubicó en el huso europeo occidental, el
mismo que Portugal, Reino Unido y Francia, con una hora de diferencia respecto
a los países de Europa central. En 1942 Alemania impuso el huso central en Francia
y Portugal, Reino Unido y España se apuntaron
de forma voluntaria al nuevo horario francés. En 1945 Portugal y Reino Unido
rectificaron. Ahora el Gobierno pretende racionalizar los horarios de los
españoles, enseñarnos geografía y recordarnos que en Londres pasa el mismo
meridiano que en Caspe, en la provincia de Zaragoza. Eso ya lo sabíamos. Los
que no lo sabían, por lo visto, son ellos, que se pasan la vida dando bandazos.
¿Ah, no? Sí, hombre, sí. Ahora resulta que la Alianza de Civilizaciones
que defendía Zapatero y que tanto denostó la derechona, la acaba de hacer suya
Rajoy en Nueva York, en la cumbre anual de la ONU. Pero como se puede
leer en “El Confidencial”, “no lo hizo
por convicción o por una repentina ‘conversión’,
sino para allanar el camino al objetivo de que España obtenga un asiento en el
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en el bienio 2014-2016”. Rajoy definió en una
ocasión (ahí están las hemerotecas) la Alianza como
“cantos de sirena que no importan a nadie”. Y los diputados de su grupo
parlamentario rieron en el Congreso aquella “sandez” con la risa floja del
lerdo. Y como si Rajoy fuese un monologuista de “El Club de la Comedia”, todavía tuvo
arrestos para describir desde la tribuna de oradores, refiriéndose a uno de los encuentros
presididos por su antecesor, como “una
reunión a la que asisten mandatarios importantes: los presidentes de Eslovenia,
de Malasia, de Argelia y el propio señor Rodríguez Zapatero”. Siguieron las
risas flojas y Rajoy se sintió reina por un día. Pues bien, ahora el Gobierno
intenta imponernos un horario que entiende “racional”; o sea, que almorcemos a
las doce del mediodía, cenemos a las ocho y nos vayamos a dormir a eso de las
diez. Lo que ya no sabemos es si nos aparará la televisión oficial a las once
tras escuchar a un cura aquello de “El alma
se serena” y el posterior Himno Nacional. O si a las diez de la noche
aparecerán en la pantalla de TVE los dibujos animados con la familia Telerín,
es decir, a Cleo, Teté, Maripí, Pelusín,
Coletitas y Cuquín, creados en 1964 por los
hermanos Moro. Rajoy recordaba en la
ONU que “hemos perdido demasiados años” en el tema de la
descolonización de Gibraltar y en la libre determinación del pueblo saharaui de
acuerdo con los principios de la
Carta de las Naciones Unidas. Lo primero que se lo pregunte
a Felipe V; y, lo segundo, a José Solís.
Se le olvidó comentar algo sobre la revisión de los husos horarios en España,
quizás por estar a la espera de que el planeta Tierra pueda cambiar el
movimiento de rotación sobre su eje en los próximos días, como cuentan que le
ha asegurado a Rajoy su primo, no el condenado por secuestro sino el otro, el
catedrático de Física Teórica en la Universidad de Sevilla, el que en 2007 le enmendó
la plana a Al Gore sobre el cambio climático.
No hay comentarios:
Publicar un comentario