A nadie se le debe juzgar por sus ideas, sea
civil o militar. Leo hoy en la prensa que “Defensa promueve a un juez militar ultra que cuestiona la Constitución”.
Militares ultras en España ha habido más que piojos en costura. Miguel Ayuso
Torres es discípulo de Eugenio Vegas Latapié, un intelectual monárquico que el
14 de abril de 1931 formó parte del
reducidísimo grupo de personas que en Galapagar rindió homenaje a Victoria
Eugenia de Battenberg al abandonar España; que a los 18 años terminó la carrera
de Derecho, que un año más tarde ganó oposición al Cuerpo Jurídica Militar y
tres años después, al Cuerpo de Letrados del Consejo de Estado; que fue
perseguido por sus ideas y arrestado en el castillo de Badajoz; que fundó la
revista ultracatólica “Acción Española”, que bajo la dirección del marqués de
Quintanar sirvió como órgano de oposición a la República; que se
incorporó a la secretaría de Juan de Borbón, primero en Lausana y después en
Estoril; y, que fue preceptor de su hijo don Juan Carlos. Sobre el discípulo de
Vegas, Miguel Ayuso, se sabe que, además de militar de graduación, es
catedrático de Ciencia Política y Derecho Constitucional en la Universidad de
Comillas. Y, además de ello, uno de los representantes más destacados del
pensamiento ultraconservador español, culto y brillante, que ha escrito una
veintena de libros, ha impartido conferencias en muchos países y es doctor
“honoris causa por la
Universidad de Udine. La diferencia entre Vegas Latapié y
Ayuso Torres es que el primero de ellos fue monárquico “juanista” convencido; y
el segundo, está alineado en la Comunión Tradicionalista
y fue jefe entre 2004 y 2010 de la secretaría de Sixto de Borbón, heredero
carlista al Trono de España. Pero no creo conveniente ni necesario remontarme a
los acontecimientos de Montejurra, donde la Hermandad de
Excombatientes, Unión Nacional Española y Fuerza Nueva, junto a un grupo de
nostálgicos carlistas alineados con Sixto de Borbón-Parma, terminaron con la
vida de dos asistentes al acto en la primavera de 1976. Mantiene “El País” que
“las ideas de Miguel Ayuso Torres, aunque minoritarias, entrarían dentro de la
libertad de cátedra si fuese solo un profesor o un jurista, pero Ayuso es
también un teniente coronel en activo de las Fuerzas Armadas españolas y su
primera obligación es defender la Constitución que menosprecia”. A mi entender, ni la Constitución
Española es dogma de
fe ni nadie merece la hoguera, como en tiempos de Torquemada, por defender sus
ideas, ya sea civil o militar. Tampoco
se le puede “culpar” a Ayuso por lo que expresó García Trevijano en un programa
televisivo el pasado 20 de enero, ni se debe hacer un silogismo aristotélico en
base a que “Ayuso tampoco reconoce al Rey, ya que se alinea con la Comunión Tradicionalista”.
Entiendo que se trata de un silogismo falaz y carente de rigor. Es como decir
que, si don Juan Carlos de Borbón juró los Principios Fundamentales del
Movimiento en vida de Franco, no puede ser demócrata. Nada más falso.
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