Juan Rosell ha dicho en FAES, esa
fundación que preside José María Aznar, que “un millón de amas de casa se
apuntan al paro para cobrar ayudas” y se ha quedado tan fresco. Bueno, fresco
ya lo era, pero no sabía que lo fuese tanto. Y el presidente de la Patronal, como si pasase
lista a las 64 posturas del coito explicadas
en el Kámasutra (el cartero, la amazona, la adoración, la libélula, la
profunda, la hamaca, el sometido, la catapulta, etc.) ha recordado la manera
que tienen otros países para realizar ese cómputo: en Francia, de cinco maneras
distintas; en Estados Unidos, de seis…También duda de la Encuesta
de población Activa (la más fiable a mi criterio) a ha hora de confeccionar los
datos estadísticos sobre el empleo. Prefiere las encuestas del Servicio Público
de Empleo, que siempre señalan una diferencia a la baja considerable. Rosell ya
ha dicho que desea “darle la vuelta al calcetín” en los convenios colectivos,
ya que los jueces –según él- “no tienen muy claro lo que pone en la reforma
laboral y están haciendo interpretaciones de todo tipo”. Da la sensación, de
poco tiempo a esta parte, que los jueces y magistrados son unos lerdos
incapaces administrar justicia con rigor en un Estado de Derecho como es
España. Así, los vergonzosos ataques desde los medios al servicio de la
derechona a la figura del juez Castro y las estupideces pronunciadas por el
sucesor en la presidencia de la
Patronal de un presunto delincuente llamado Gerardo Díaz
Ferrán, que a día de hoy permanece entre rejas, confirman lo que ya se ha hecho
notorio. A Rosell, que parece un actor de reparto de película de Fellini, le
encantaría que las mujeres estuviesen en casa con la “pata” quebrada y dejaran
de intentar buscar trabajo, que la cuestión laboral, como el derecho de pernada
y el coñac “Soberano”, son cosas de hombres.
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