jueves, 16 de febrero de 2023

Juguetes

 


E
n el zaragozano Patio de la Infanta, de Ibercaja, puede verse estos días  la “Historia del juguete español, (1870-1970)”. Es un repaso fugaz a la ilusión de muchos niños a lo largo de una centuria. Digo de “muchos niños” por la sencilla razón de que otros niños solo tuvieron en sus ratos de recreo la calle para correr, que no es poco. Disponer, pongamos por caso, de la muñeca  Marquita Pérez, fue un lujo que muchos niños no pudieron permitírselo. Solo las clases pudientes, ya que su precio en 1940 rondaba las 85 pesetas. Fue creada por Leonor Coello de Portugal en 1938. Era madrileña, hija del conde Coello de Portugal, que residió en San Sebastián durante toda la Guerra Civil. Se inspiró en su hija, Leonor de Góngora, para dar vida a esa muñeca que contaba con  una extensa gama de vestidos intercambiables. Encargó las primeras muñecas a un taller de Bernabé Molina, en Onil (Alicante) que las fabricó en cartón-piedra. Leonor, junto con su amiga Pilar Luca de Tena, creó las primeras franquicias en las mejores jugueterías de Madrid, Barcelona y Bilbao, además de un taller en la madrileña parroquia de san Miguel, en la calle General Ricardos, y dieron trabajo a muchas mujeres necesitadas en la confección de muñecas y vestidos de rayas blancas y rojas, lazos, zapatillas de esparto y ropa interior. Pronto aquellas muñecas llenarían los escaparates más selectos del barrio de Salamanca, tras la inauguración, el 11 de noviembre de 1940 de los bajos de un local en la Castellana. Al poco tiempo, en menos de un año, se mudaron a Serrano, 8, y contrataron a 30 empleadas. Y dada la buena marcha de aquel negocio, ubicaron la sede central en un edificio de tres plantas en Núñez de Balboa, 52. Dado el éxito de ventas, crearon más tarde a Juanín, hermano de Mariquita, y más tarde a Jaimito, un bebé, además de todos los complementos de moda. Las piezas que se exponen ahora en el Patio de la Infanta pertenecen a la Colección Quiroga-Monte, de gran valor histórico. La exposición que ahora se presenta en Ibercaja, como digo, se inicia en 1870, con la fundación en Barcelona de los talleres de Jorge Reis dedicados  a la fabricación de juguetes de hojalata; y termina en 1979 con la  salida al mercado del “Cine Exin”. Entre medio quedan trenes eléctricos, la “Pepona”, los “Juegos Reunidos Jeyper”, el “Meccano”, el “Scalextric”, motoristas, camiones, y de muchos  juguetes a los que había que darles cuerda; y, además de todo ello, los sueños infantiles de millones de niños que se evaporaron para siempre al ir haciéndose mayores sin apenas darse cuenta. ¿Adónde fueron a parar aquellas ilusiones? Nunca lo supe. Supongo que a ese camaranchón polvoriento donde anida el abandono.

No hay comentarios: