sábado, 27 de enero de 2024

La conjura de Fitur

 



E
l presidente Azcón se ha dejado ver por Fitur en un intento de “vender” la nieve del Pirineo, la gastronomía aragonesa y para tomar contacto con otros barones del PP. Lo que sucede es que para “vender” lo bien que funcionan las estaciones de esquí aragonesas tiene que nevar, cosa que no ocurre. Respecto a la gastronomía, Azcón se centró en los tópicos de siempre: el jamón de Teruel, el aceite del Bajo Aragón, la trufa negra, el ternasco y los vinos. Se olvidó de la borraja, del melocotón de Calanda, de los higos de Fraga, del azafrán, de la cebolla de Fuentes, de las frutas confitadas, de los adoquines de Calatayud, de la longaniza de Graus, de la trenza de Almudévar, del tomate rosa de Barbastro, de los quesos artesanos del Pirineo, del pastel ruso, del guirlache, de las castañas de mazapán, de las glorias de Huesca…  Azcón acostumbra a estar presente en todos los lugares de la geografía patria menos en Zaragoza. Parece el rapavelas de Núñez Feijóo. En la “conjura de Fitur”, se reunieron, como digo, los presidentes de Valencia, Murcia, Andalucía y Castilla-La Mancha para reclamar  a Sánchez un fondo de nivelación en el sistema de financiación económica. Emiliano García-Page, del Partido Socialista, era como un verso suelto, o como ese ajo que está en todas las salsas, para meter bulla y mover el avispero. Cuando diarios como El Debate le echan el incensario, como hace con Corcuera, Guerra o Leguina, hay que tocar madera. Pero las disidencias en política siempre se pagan, algo que también  sucede en los medios de comunicación y cuando alguien se desvía de la línea editorial. Se vio con Rahola, en La Vanguardia, por su postura secesionista; con David Jiménez, en El Mundo, tras proponer la salida de 18 cargos y 4 directivos del staff; y se ha visto recientemente con Savater, en El País, (al que hoy , cómo no, le concede una entrevista El Debate); y el pasado día 20 con Pañafiel en ese mismo diario por “salirse del tiesto” con la consorte del Rey. La víspera, el pasado día 19,  el que fuese su compañero, Antonio Lucas, arremetía contra éste con una dura  crítica. En opinión de varios redactores de ese diario, “Peñafiel repetía las mismas anécdotas una y otra vez y nunca daba noticias, sólo pescado congelado”. Tiene 91 años y debería plantearse descansar. Eso pasa con muchos columnistas “quemados” por reiterativos o por una senectud que todo lo deforma. No debe ejercer de historiador de una guerra el soldado que solo estuvo en una trinchera. Termina por aburrir  a las ovejas.

 

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