Me desayuno con la noticia triste de la muerte de Fernando Martín Minguijón, exalcalde de Calatayud y buena persona. Me lo presentó José Verón en septiembre de 1995 en el salón de actos de la UNED, con motivo de la entrega de premios de la “Peña Taurina Litri”. A él le debe esa Ciudad que el AVE tuviese ciertas paradas; y a él, también, le recordaremos siempre por llevar su nombre la plaza de la Estación de F.C. Pero la vida sigue y el nuevo año trae en Zaragoza subidas en el recibo de agua (15%) y basuras (2’5%). Que nadie se asuste. Hay que pagar la nueva Romareda a mayor gloria de la alcaldesa derrochona Chueca y, además, ingresar a la empresa andaluza “Ximénez” el alquiler de las luces navideñas, que este año han supuesto un desembolso de 1,3 millones de euros de vellón. Yo qué sé, ya no me sorprende nada. Hasta podría ocurrir que por Semana Santa nos plante esta señora en la plaza del Pilar retoños de olivos del Huerto de los Getsemaní. ¡Que nadie se alarme! Recuerden que siendo alcalde González Triviño, se trajo ónice pérsico para colocarlo en el prisma situado sobre el Museo del Foro de Caesaraugusta; y que, como dicen los baturros, “para el caso, de Tauste”. Feliz año peor.
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