Por las trochas de Campillo

Resulta que en 1652
fue enviada a Campillo de Aragón (Campillo hasta 1916), colindante con la
provincia de Guadalajara, una copia de la Sábana Santa de Turín por fray
Lucas Bueno Nuño, obispo de Malta y Gran Prior de la Orden de San Juan de
Jerusalén. Se trataba de un regalo que la Casa de Saboya. Lucas Bueno la envió
a su pueblo natal enrollada en dos varas de ébano, dentro de una arqueta de
roble que se conserva. Pasado el tiempo, en 1675, construyeron una capilla y un retablo para
albergar la reliquia de tan precioso regalo. En la actualidad, dicha copia se
exhibe cuatro veces al año: en Jueves Santo, en Viernes Santo, en las fiestas
patronales de septiembre y en las celebraciones de agosto. Excepcionalmente,
también a algunos visitantes que solicitan ver la copia de la sábana. Campillo
de Aragón fue tierra de bandoleros.
Todavía, los más ancianos del lugar recuerdan haber escuchado de boca de padres y abuelos las andanzas del famoso bandolero
Cisneros, que se escondía cerca del
barranco de la Virgen siempre perseguido por la Guardia Civil y moviéndose con
las debidas precauciones por tierras de Calatayud y de Aranda, cerca de
Tabuenca, por donde se movía otro bandolero célebre, Mariano Gavín Suñén, alias Cucaracha,
que se echó al monte en 1864, cuando tenía 24 años, junto a otro amigo de la infancia, Juan Ardid Jordán. Pero en
Tabuenca hubo otro bandido afamado, Tomás
Aguaviva Andrés, alias El Chiripa,
abatido por la Guardia Civil el 27 de
diciembre de 1908. Por aquellos años del siglo XIX hubo bastantes ciudadanos
hambrientos, y más de trescientos que se “echaron al monte” como consecuencia la
injusta distribución de la propiedad. En 1858 nació en Cervera de la Cañada Esteban Cisneros Millán, alias Capitán, célebre bandolero aragonés de
finales del siglo XIX y principios del XX que obligó a la Benemérita a
emplearse a fondo por varias localidades de la comarca de Calatayud. Cisneros y
Cucaracha, consiguieron reclutar a una
cuarentena de bandoleros. Tras muchas fechorías, Cisneros fue detenido por cuarta y última vez el
31 de diciembre de 1904 a su regreso de Francia, cuando se dirigía a Mesones de
Isuela a visitar a su hija. Fue acorralado por la Guardia Civil en un pajar tras un intercambio de tiros. La
noticia se publicó en Heraldo de Aragón
el 6 de enero de aquel año. Tenía 45 años y en el momento
de su detención, según la crónica de ese diario aragonés, llevaba barba y vestía
de oscuro, con botas de caza y boina. También se contaba que “le fue ocupada
una escopeta 'Remington' del 16, una pistola de dos cañones del 15, un cuchillo de
grandes dimensiones, una navaja, 16 cartuchos de escopeta y 10 de pistola,
además de varios útiles y anotaciones”. Campillo de Aragón queda muy bien
descrito en el quinto volumen (página 355) del “Diccionario geográfico- Estadístico-Histórico…”, de Pascual Madoz. Por cierto, puede observarse
que en el texto que Madoz, en 1846, ya le denomina a ese municipio aragonés, casi alcarreño aunque perteneciente a la diócesis de Tarazona, como Campillo de Aragón. No hay fonda para los viajeros pero existe una casa rural, "Entre cerezos", con capacidad para ocho personas, con salón-comedor y mesa con ocho sillas. La semana completa cuesta 600 euros. Les deseo un feliz domingo.
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