martes, 23 de septiembre de 2025

Ante una posible canonización

 


Hoy en el diario La Razón, su director, Francisco Marhuenda, hace un elogio de González Amador y de su pareja Ayuso solo comparable  a las virtudes que rodearon a san Trifón, pastor y mártir, sobre el que se contaba que en su edad provecta fue capaz de amansar basiliscos y domar tigres. En su artículo de hoy, “Las cloacas contra González Amador”, traslada al lector que “ser la pareja, un familiar o un amigo de Ayuso se ha convertido en una profesión de riesgo para las cloacas del PSOE y del Estado controladas por el sanchismo. Desde Sánchez hasta el último de sus peones, han atacado e insultado sistemáticamente a Ayuso. Cada día hay alguna declaración centrada en su novio, que es uno de los centenares de miles de españoles que ha tenido problemas con Hacienda”. Para mí que es al revés, o sea, que Ayuso es la que ha llegado a llamar a Sánchez “hijo de puta” sin despeinarse. También Feijóo, al que “le gusta la fruta”. Pero no voy a repetir las memeces que escribe Marhuenda, comensal distinguido del pesebre madrileño, en su diario. Si así lo hiciese, aburriría a las ovejas. Por esa razón me iré al final de su escrito directamente por evitar al lector un sufrimiento innecesario. Sostiene Marhuenda que “los sanchistas políticos y mediáticos con los casos que afectan al líder del PSOE deberían ser coherentes en sus posiciones y mostrar algún atisbo de dignidad profesional recordando que Sánchez vivía en la casa que su suegro, dueño con sus hermanos de saunas gays y prostíbulos, regaló a su mujer. “Apoyao en el quicio de la mancebía / miraba encenderse la noche de Mayo…”. Es bonito acordarse de Rafael de León. Los ‘ojos verdes’ (título de la canción) eran los de la mujer del compositor Manuel Quiroga; y el germen de aquella copla partió de un encuentro en 1931 entre aquel letrista, García Lorca y Miguel de Molina en el ‘café La Granja Oriente’ de Barcelona cuando Lorca estrenó ‘Yerma’. Oiga, Marhuenda, ¿tiene usted algo en contra de los gays? ¿Y contra las saunas? ¿Y contra  las concubinas? ¿Y contra los serrallos? Entiendo que debería leer “Sevilla en tiempos de Cervantes” (José Manuel Caballero Bonald, Planeta, 1991, pp. 178-182). Como decía una anciana de mi pueblo: “Leyendo a los clásicos se ‘dislustra’ una mucho”.    

 

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