jueves, 18 de septiembre de 2025

Caleidoscopio fatal

 

Me entero de que España no participará en Eurovisión si lo hace Israel. La noticia me alegra, sobre todo porque las canciones de Eurovisión y el aparataje que se monta en torno a ese festival me parece todo ello un  tostón insufrible. Y  las votaciones por países para la elección de la mejor canción presentada, una merienda de negros, dicho sea sin connotaciones racistas y relacionado no con caos y desorden que nadie entiende, sino con los repartos caprichosos de los votos emitidos. Ya perdonará el lector, pero ”merienda de negros” es una expresión fruto de una época colonial. Los que tenemos ya más años que la abuela de la "Familia Ulises" recordamos con nostalgia las “Aventuras de Eustaquio Morcillón y Babalí”, o sea, de un  explorador blanco y obeso y de su ayudante negro, magro de carnes y muy miedoso. Aquellas viñetas aparecieron a partir de 1946 creadas por Joaquín Buigas como guionista y Marino Benejam, dibujante. Los protagonistas de aquellas viñetas aparecidas en TBO, como digo, se dedicaban a cazar animales salvajes para circos y zoológicos de todo el mundo. También recuerdo que había otras viñetas con el explorador dentro de un caldero sobre una lumbre dispuesto para ser cocido y comido por unos caníbales (que no hay que confundir con antropófagos). Pero aquella sórdida costumbre de algunas tribus africanas  resultaba graciosa en las viñetas de los tebeos, de la misma manera que producía carcajadas cuando alguien se resbalaba en la bañera con una pastilla de jabón o en la calle con la cáscara de un  plátano. Ningún lector, por tanto, pensaba en el lado infausto de la situación, sino en el hecho cómico. Era cuestión del cristal con que se miraba. A una mala, la malaventura del resbalón nunca pasaba de un gran tolondro en la cabeza del protagonista. Hoy nadie con dos dedos de frente haría bromas con los insurrectos miembros de la etnia kikuyu y la ‘revuelta del Mau Mau’ contra la administración colonial británica de Kenia hasta que les fue concedida su independencia en 1963; o con la cruz que tuvieron que soportar los hutus y los tutsis de Ruanda-Urundi (hoy Estados separados) siendo entonces colonia de los belgas. Europa siempre permaneció impasible ante tales desmanes. Y no digamos nada del desdén europeo ante el intento de exterminio de la población tutsi ejecutada por el gobierno y la población hutu de Ruanda entre el 7 de abril y el 15 de julio de 1994, en el que se masacró aproximadamente al 70 % de los tutsis. Se calcula que entre 500.000 y 1.000.000 de personas fueron aniquiladas. Por si ello fuese poco, la violencia sexual fue generalizada. Se cree que fueron violadas entre 250.000 a 500.000 mujeres en ese triste periodo. En Europa, como digo, casi todos miraron para otro lado o prefirieron contemplarse el ombligo. Como sucede ahora, con la tragedia de Gaza.

 

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