martes, 9 de septiembre de 2025

Por títulos que no quede


Este es un país donde es necesario poseer un título de lo que sea, da igual académico que nobiliario, para poder ser considerado, “persona de bien”, según los versados pijos del madrileño barrio de Salamanca. Aquí carece de valor, que todo debe ser aclarado en evitación de confusiones, ser diplomado en Corte y Confección por la Academia Pepita, cursillista de Cristiandad, caballero del Pilar, técnico en Papiroflexia o experto en capar gamusinos con alicate.  Es preferible, en todo caso, ser hidalgo, o sea, ser una persona que por linaje pertenece a la categoría inferior de la nobleza pero que le permite vivir del cuento sin necesidad de ser heredero directo de don Saturnino Calleja. Verbigracia: ser hija de Jaime de Marichalar (cuarto hijo de Amalio de Marichalar y Bruguera, VIII conde de Ripalda), divorciado de la infanta Elena, y que durante su matrimonio ostentó el título de duque de Lugo consorte. Ahora me entero que su hija Victoria Federica, nieta de Juan Carlos I, rey de España por la gracia de Franco, está profundamente ligada a una tradición nobiliaria antiquísima transmitida por vía paterna; y que yo, ignorante y profano en cuestiones de ringorrango, desconocía al completo. Pues bien, esa persona de alto copetín es nada menos que Dama Divisera Hijadalga del Antiguo e Ilustre Solar de Tejada. Vamos, que me pinchan y no sangro. Según me acabo de informar, en la sierra de Cameros existía en el siglo IX el Solar de Tejada, donde un caballero de ese lugar riojano, Sancho Fernández de Tejada, capitaneó la batalla de Clavijo contra las tropas del emir Abderramán II, siempre a las órdenes directas del rey asturiano Ramiro I, el 22 de mayo del año 844 (fuente consultada: J.J. Sayas Abengochea y L.A. García Moreno, 1981, Historia de España dirigida por Manuel Tuñón de Lara II. Romanismo y Germanismo: el despertar de los pueblos hispánicos. Labor, Madrid). Tras esa ofensiva, el rey de Asturias le concedió a Sancho para él y todos sus descendientes la hidalguía perpetua. Y por consiguiente, a Victoria Federica le corresponde tal distinción honorífica por ser nieta por vía paterna de Concepción Sáez de Tejada y Fernández de Bobadilla. Tiene el privilegio de poseer escudo propio y la vigilancia del Camino de Santiago, aunque ella siente más inclinación por la moda y por crear contenidos en Instagram. Según Pilar Eyre, posee un caché de 3.000 euros “cada vez que va a una fiesta, inauguración o estreno de una película, por pararse en el photocall (espacio privilegiado que ocupan celebridades), dejarse fotografiar y no hablar”. Vamos, que a esa “dama divisera hidalga” le trae al pairo que Junts per Catalunya confirme al Ministerio de Trabajo su voluntad de mantener la enmienda a la totalidad que impide la tramitación de la reducción de la jornada laboral. No necesita levantarse de la cama a las seis de la mañana para ir a currelar a un polígono industrial de Alpedrete o de Griñón. Eso es para la gente raquera.

 

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