lunes, 19 de noviembre de 2012

El último tango de aquí


 
Este Gobierno, además de permitir blanquear dinero de origen dudoso a  empresarios y particulares (el Gobierno prefiere llamarlo “gravamen especial”) a cambio de recibir el 10% de las cantidades blanqueadas, pretende ahora otorgar permiso de residencia a aquellos que adquieran una vivienda en España por un importe superior a 160.000 euros. El secretario de Estado de Comercio,  Jaime García-Legaz ha declarado que es “una iniciativa enfocada a los mercados ruso y chino” y que, en consecuencia, habrá que cambiar la normativa. O sea, el Banco Malo tiene que soltar lastre y reducir el stock del ladrillo, y, para ello, nada mejor que permitir que determinadas mafias organizadas blanqueen dinero delictivo en España a cambio de que esas mafias “hagan un favor” al Estado. Pero lo que ahora cuenta García-Legaz no es nuevo,  ya que lo había dejado claro el pasado día 14 José Manuel García-Margallo, ministro de Exteriores, en el Congreso de los Diputados. Las otras viviendas, las viviendas-basura, las que no quieren los bancos ni las cajas, ya son un negocio para las mafias, que disponen de ojeadores, se adueñan de los inmuebles y los venden o los alquilan a los más desfavorecidos por 500 euros mensuales. Tal situación es bien conocida, por ejemplo, en el barrio madrileño de  Villaverde, donde las asociaciones de vecinos han denunciado que de los 500 pisos sin inquilino, 250 ya ha sido “tomados” ilegalmente. ¿Que se puede esperar de un Gobierno, el de España, que en plena recesión económica sube el IVA hasta en los entierros? ¡Ah, lo ha mandado la Comisión Europea! Pues nada, a sus órdenes. Ya advirtió Joaquín Almunia que la subida del IVA era una obligación vinculante, conque ajo y agua. ¿Y tirarnos de cabeza por un acantilado? Una cosa es ceder soberanía y otra bajarnos los pantalones para que nos la claven sin la ayuda caritativa de la mantequilla. En eso, hasta Marlon Brando fue más misericordioso que los teutones.

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