Este Gobierno, además de permitir
blanquear dinero de origen dudoso a
empresarios y particulares (el Gobierno prefiere llamarlo “gravamen
especial”) a cambio de recibir el 10% de las cantidades blanqueadas, pretende
ahora otorgar permiso de residencia a aquellos que adquieran una vivienda en
España por un importe superior a 160.000 euros. El secretario de Estado de
Comercio, Jaime García-Legaz ha
declarado que es “una iniciativa enfocada a los mercados ruso y chino” y que,
en consecuencia, habrá que cambiar la normativa. O sea, el Banco Malo tiene que
soltar lastre y reducir el stock del ladrillo, y, para ello, nada mejor que
permitir que determinadas mafias organizadas blanqueen dinero delictivo en
España a cambio de que esas mafias “hagan un favor” al Estado. Pero lo que
ahora cuenta García-Legaz no es nuevo,
ya que lo había dejado claro el pasado día 14 José Manuel
García-Margallo, ministro de Exteriores, en el Congreso de los Diputados. Las
otras viviendas, las viviendas-basura, las que no quieren los bancos ni las
cajas, ya son un negocio para las mafias, que disponen de ojeadores, se adueñan
de los inmuebles y los venden o los alquilan a los más desfavorecidos por 500
euros mensuales. Tal situación es bien conocida, por ejemplo, en el barrio
madrileño de Villaverde, donde las
asociaciones de vecinos han denunciado que de los 500 pisos sin inquilino, 250
ya ha sido “tomados” ilegalmente. ¿Que se puede esperar de un Gobierno, el de
España, que en plena recesión económica sube el IVA hasta en los entierros?
¡Ah, lo ha mandado la Comisión Europea!
Pues nada, a sus órdenes. Ya advirtió Joaquín Almunia que la subida del IVA era
una obligación vinculante, conque ajo y agua. ¿Y tirarnos de cabeza por un
acantilado? Una cosa es ceder soberanía y otra bajarnos los pantalones para que
nos la claven sin la ayuda caritativa de la mantequilla. En eso, hasta Marlon
Brando fue más misericordioso que los teutones.
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