El escritor y cineasta Fernando
Vallejo está más cabreado que un mono con España desde que el 15 de marzo de
2001 la Unión Europea
incluyera a Colombia entre otros 130 países a los que se les exigía visado de
entrada. Fue entonces, hace ya doce años, cuando siete intelectuales firmaron
una carta en la que todos ellos se comprometían a no volver a pisar este país
por tal “humillación”. El pasado 10 de agosto, Rajoy comunicaba a Juan Manuel
Santos, actual presidente de Colombia, que iba a pedir “revocar aquella
medida”. Entre tanto, Fernando Vallejo adoptaba la nacionalidad mexicana en
abril de 2007 y renunciaba a la nacionalidad colombiana el 8 de mayo de aquel año. Pero de los siete
firmantes de aquella promesa, seis la incumplieron y volvieron a España con
algún motivo: Álvaro Mutis en 2001 para recibir el Premio Cervantes; el pintor
Botero, en 2007, seis años después de la
boda de su hija, calificando de “estupidez monumental” la firma de aquella
carta. En 2005 llegó García Márquez, quien visitó Barcelona y se retrató con
Pasqual Maragall. Más tarde, William
Ospina; y en 2010, Héctor Abad Faciolince que, en referencia a la carta firmada
declaró a los periodistas: “A los diez años casi todos los delitos prescriben y
yo tenía muchas ganas de volver. Había un motivo íntimo, mi hija estudiaba en
Barcelona, y otro personal: me hacía demasiada falta caminar por Madrid, ir a
sus librerías, comer morcilla, huevos estrellados y jamón, todo bañado con un
vino tinto de los que hacen en el Duero”. En suma, ya sólo queda que llegue a
España Fernando Vallejo, aunque lo veo complicado. Ese hombre renegó de Colombia
en 2007, al adquirir la nueva nacionalidad mexicana: “No quiero volver a saber de ella. Lo que me reste de vida lo quiero
vivir en México y aquí me pienso morir” (…) “De pequeño descubrí que
Colombia era un país asesino, el más asesino de todos, luego me di cuenta que
era un país atropellador y mezquino y ahora con la reelección de Álvaro Uribe
descubrí que era un país imbécil”. Y por si eso fuera poco, en una entrevista
que publica hoy El País, Vallejo lanza pestes contra España: “Yo sólo mantuve
la palabra empeñada”, dijo refiriéndose a los otros seis (Mutis, García
Márquez, Botero, Jaramillo, Ospina y Abad) que en su día habían firmado conjuntamente
la carta, terminando la entrevista que le hace Bernardo Marín con una rabia
tremenda: “Yo a España ya no la quiero, y estoy feliz de verla quebrada, en
bancarrota, con una deuda impagable de casi dos billones de dólares y un
desempleo monstruoso. ¡Lo altaneros que estaban, gastándose la plata ajena! Se
aprovecharon de lo lindo de la
Unión Europea mientras nos cerraban la puerta a los
colombianos”. Uff, un poco de tila, por
favor. Gente así no merece respeto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario