A mí tampoco me gustó la viñeta
de “El Punt Avui”. Me parece una falta de respeto hacia los 79 fallecidos y
casi una veintena de viajeros luchando en los hospitales entre la vida y la
muerte. Podemos estar todos de acuerdo en que la Marca España no pase por sus
mejores momentos, como tampoco pasan por su mejor momento histórico los
españoles, entre los que incluyo a los catalanes, por la pertinaz crisis
económica y la falta de empleo. Pero al César lo que es del César. Tanto Xevi
Xirgo, director de ese diario, como Hermes Comunicacions, que lo edita, no
deberían haber consentido que esa desacertada ilustración de Joan Antoni Poch
Goicoechea se publicase. Ofende a la inteligencia. Y dicho esto, también debo
manifestar que tampoco me gustó la quema de una bandera española el pasado
domingo durante las fiestas patronales de Mataró, mientras en el balcón del
Ayuntamiento las autoridades de CiU coreaban “independencia”. No se deben
ultrajar los símbolos. Se cuenta que en 1908, Rafael Gómez Ortega, El
Gallo, viajaba desde Sevilla hasta Madrid en un tren con locomotora
de carbón y humo negro saliendo por su chimenea. En el Despeñaperros, el convoy
tuvo una lentitud desesperante dado lo abrupto del terreno. Pero al poco de
poner pie en tierra el torero en la
Estación de Atocha, la locomotora hizo sonar un fuerte
silbido al tiempo que desprendía una potente nube blanca de vapor. Y El Gallo
miró a la locomotora y le espetó: “¡esos cojones en Despeñaperros!”. Eso viene
a cuento con lo que está sucediendo en Cataluña. Artur Mas lo que tiene que
hacer es echar la vista atrás y ser
consciente de que Cataluña, al menos la Cataluña que todos conocemos, no hubiese sido
posible si el esfuerzo callado y constante de andaluces, extremeños y
murcianos, que engrosaron los barrios del cinturón periférico de Barcelona
durante el Desarrollismo de los primeros años sesenta del siglo XX, donde
desgraciadamente, y todo hay que decirlo, muchas viviendas construidas para los
nuevos obreros en la diáspora en aquellas ciudades dormitorio del cinturón
industrial sufrieron aluminosis, siendo alcalde Joseph María de Porciones. A
Artur Mas hay que decirle que “esos cojones”, si acaso, para los sinvergüenzas
del Caso Palau, por ejemplo.
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